Vivir basados en el Gosho


A continuación, presentamos el prefacio escrito por Daisaku Ikeda para la nueva edición en japonés de los escritos de Nichiren Daishonin.


Nueva edición en japonés de Nichiren Daishonin gosho zenshu (Obras completas de Nichiren Daishonin) | Foto: Seikyo

Vivir basados en el Gosho,[1] los escritos de Nichiren Daishonin, es el gran camino que los miembros de la Soka Gakkai recorreremos eternamente.

El Daishonin, el Buda del Último Día de la Ley, legó estos textos preciados y atemporales a toda la humanidad. Su lectura nos permite asumir y trabajar para cumplir el «gran juramento del kosen-rufu mediante la propagación benevolente».[2]

Porque nos basamos en los escritos del Daishonin, podemos mantener una postura imperturbable ante los tres obstáculos y los cuatro demonios[3] y ante los tres enemigos poderosos.[4] Nuestro avance jamás se detendrá mientras palpite en nuestro corazón el espíritu de que «los sabios se regocijan, mientras que los necios se echan atrás».[5]

Porque nos basamos en los escritos del Daishonin, valoramos la diversidad, de acuerdo con el principio de los «cerezos, ciruelos, melocotoneros y albaricoqueros».[6] Respetándonos unos a otros como budas, con la unión de «distintas personas con un mismo propósito»,[7] podemos lograr todas nuestras metas.

Porque nos basamos en los escritos del Daishonin, hacemos que la gran luz de la creación de valor se proyecte sin límites, para construir una sociedad que respete la vida, la dignidad humana y la igualdad, en un mundo donde la felicidad, la seguridad, y la armonía y la paz globales prevalezcan.

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La Soka Gakkai publicó la edición original en japonés de Nichiren Daishonin gosho zenshu (Obras completas de Nichiren Daishonin) el 28 de abril de 1952, conmemorando el 700.º aniversario del establecimiento de la enseñanza del Daishonin.[8] El prefacio que mi maestro Josei Toda –segundo presidente de la Soka Gakkai– escribió para dicha edición empezaba citando estas palabras finales de El verdadero aspecto de todos los fenómenos: «Esfuércese en los dos caminos de la práctica y el estudio, pues el budismo no existe sin práctica y estudio. Sin embargo, no solo debe perseverar en su práctica personal, sino también enseñar a los demás. Tanto la práctica como el estudio derivan de la fe. Enséñeles a otros con toda su capacidad, aunque solo sea una oración o frase».[9]

De esta manera, Toda Sensei afirmaba que los miembros de la Soka Gakkai, grabando estas palabras en el corazón, no solo se comprometían a estudiar los escritos del Daishonin, sino también a practicar sus enseñanzas y a compartirlas con otros.

De hecho, el presidente fundador de la Soka Gakkai Tsunesaburo Makiguchi había subrayado ese mismo pasaje en su ejemplar personal de los escritos de Nichiren Daishonin (de la edición conocida como Ryogonkaku)[10] y había puesto esas palabras en práctica en su propia vida. Durante la Segunda Guerra Mundial, perseguido y encarcelado por el Gobierno militarista japonés a causa de sus creencias, Makiguchi Sensei escribía en una carta a sus familiares: «Las adversidades que estamos sobrellevando ahora son pequeñas e irrelevantes comparadas con las que afrontó el Daishonin».[11] Mantuvo la serenidad y la compostura en medio de implacables interrogatorios, proclamando con claridad que el budismo Nichiren es la mejor y la más valiosa enseñanza para la existencia humana.[12]

Durante la represión que sufrió a causa de su fe budista, Makiguchi Sensei dio un vivo ejemplo de dedicación altruista a la propagación de la Ley, con el corazón de un rey león. Al mismo tiempo, estableció la referencia para la tradición de la Soka Gakkai de poner en práctica la fe en la vida cotidiana y aplicar el budismo en la sociedad.

Su discípulo y sucesor, Josei Toda, también fue encarcelado durante la guerra. En su solitaria celda, tomó conciencia de su identidad como Bodisatva de la Tierra; con esa convicción, se levantó por sí solo en un país derrotado y en ruinas, e hizo flamear el gran juramento de la propagación universal de la Ley Mística.

Habiendo superado numerosas dificultades en sus esfuerzos por reconstruir la Soka Gakkai, en 1951 Toda Sensei se convirtió en el segundo presidente de la organización. Como tal, el primer proyecto que asumió fue publicar el Gosho zenshu.

Los miembros de la Soka Gakkai, unidos en inseparabilidad de maestro y discípulo, hemos mantenido estos escritos cerca de nuestros corazones, dedicados a recorrer enérgicamente «los dos caminos de la práctica y el estudio». Hemos encendido llamas de esperanza y valentía ilimitadas en corazones antes abatidos por el sufrimiento, mostrándoles la senda de la revolución humana y de la transformación del karma. Asimismo, y para hacer realidad el mundo pacífico que vislumbró Nichiren Daishonin, hemos forjado un creciente número de valores humanos comprometidos con el trabajo en bien de la felicidad, el beneficio de la sociedad, y la construcción de la paz. Hoy, desarrollan sus actividades en todas las esferas de la sociedad.

El célebre historiador británico Arnold J. Toynbee valoró nuestros esfuerzos con estas palabras de reconocimiento: «La Soka Gakkai ha logrado una sorprendente resurrección en la posguerra, una hazaña espiritual que va de la mano con el progreso material que ha adquirido el pueblo japonés en el campo económico».[13]

Los invalorables escritos de Nichiren Daishonin han sido la fuerza impulsora de ese logro espiritual.

Ejemplar de los escritos de Nichiren Daishonin de Tsunesaburo Makiguchi | Foto: Seikyo

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Los miembros de la Soka Gakkai nos enorgullecemos de estar haciendo realidad la transmisión del budismo al oeste[14] y el kosen-rufu mundial, tal como refieren los escritos del Daishonin, traducidos hasta ahora a más de diez idiomas.

Actualmente, en Japón y en el resto del mundo hay practicantes de todas las edades que estudian con entusiasmo los textos del Daishonin y se alientan unos a otros. Ellos están expandiendo una red de sobresalientes ciudadanos globales, integrada por personas de todos los orígenes, culturas y lenguas, que leen y ponen en práctica sus enseñanzas en sus hogares, comunidades y sociedades. Estoy convencido de que esto demuestra, de manera irrebatible, la validez y la universalidad del budismo Nichiren.

Todas las grandes religiones se enorgullecen de poseer una escritura fundamental que da cimiento a su fe.

En su prólogo a la edición japonesa de 1952 del Gosho zenshu, Toda Sensei escribió: «Mi oración y mi deseo perpetuo es que esta escritura de inmenso valor se difunda a lo largo y ancho de Asia y el mundo entero». Habiéndose hecho realidad ese anhelo de mi maestro, imagino a los presidentes Makiguchi y Toda celebrándolo con sendas sonrisas de satisfacción.

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El Gosho es una escritura de esperanza y justicia, un texto sagrado para la felicidad de todas las personas. Es una escritura que corporifica el juramento de maestro y discípulo, un texto sagrado para la victoria de la juventud. Es una escritura de sabiduría y coraje, un texto sagrado para la paz de la familia humana global.

Cada vez que abrimos los escritos del Daishonin, nos conectamos con su potente rugido de león, capaz de aplastar las funciones destructivas que causan tormento y aflicción. Cada vez que volteamos sus páginas, escuchamos el latido del profundo amor compasivo del Daishonin, que abraza y guía a los jóvenes que buscan una forma correcta de vivir. Cada vez que leemos sus palabras, descubrimos y redoblamos nuestra confianza en el potencial insospechado que hay en cada ser humano, infinito como el universo.

Comprendemos cuán fuerte, profundo y grandioso puede llegar a ser cada individuo… Experimentamos cuán cálidos y bellos pueden ser los lazos auténticos de vida a vida… Descubrimos cuán intensamente podemos iluminar y fortalecer nuestras sociedades y países para que prosperen genuinamente…

En sus escritos, el Daishonin nos brinda una fuente de inspiración inagotable. Esclarece profundas nociones como la posesión mutua de los diez estados, los tres mil aspectos contenidos en cada instante vital, los deseos mundanos son la iluminación, transformar el veneno en medicina, la inseparabilidad entre el yo y el otro, y la inseparabilidad entre la vida y su medio ambiente. A la vez, ofrece el ejemplo de su propio y sublime «comportamiento como ser humano»,[15] y expone las victorias obtenidas por sus discípulos mediante la fe y la práctica del budismo.

Por duro que golpeen los sufrimientos del nacimiento, la enfermedad, el envejecimiento y la muerte, si buscamos entereza y aliento en los escritos del Daishonin, el brillante sol de nuestra budeidad innata desde el tiempo sin comienzo asomará «en la carne mortal de nosotros, las personas comunes».[16] Abriremos un camino hacia la revitalización de nuestra vida, irrigándola con las virtudes de la eternidad, la felicidad, la verdadera identidad y la pureza, de pleno acuerdo con el mensaje de esperanza que nos transmite el Daishonin cuando nos asegura que «el invierno siempre se convierte en primavera».[17]

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Ya han pasado siete décadas desde aquel compromiso de publicar el Gosho zenshu asumido por Toda Sensei. En su prefacio para ese volumen, él prometió emprender con toda su capacidad cualquier revisión que, en el futuro, pudiera resultar necesaria.

Hoy, me complace anunciar que ha llegado el momento de cumplir esa promesa de mi maestro, con la publicación de una nueva edición revisada de ese primer volumen, en este año histórico que conmemora el 800.º natalicio del Daishonin[18] y el 750.° aniversario de la persecución de Tatsunokuchi,[19] en la que abandonó su aspecto transitorio y reveló su verdadera identidad como Buda del Último Día de la Ley.[20]

A los diligentes miembros del comité editorial que se ha hecho cargo de esta tarea, les he pedido que se centraran en la exactitud de los textos, en que estos fuesen comprensibles y en que su labor reflejara correctamente el espíritu de la Soka Gakkai. Gracias a su esfuerzo atento y minucioso, orientado a lograr una edición aún más accesible, los lectores verán que se ha agrandado el tamaño de la tipografía, se han insertado notas referidas a la pronunciación, se han separado en oraciones los párrafos excesivamente largos, se han agregado algunos signos de puntuación y se han modernizado los caracteres y la escritura silábica.

Esta nueva edición, además, refleja hallazgos académicos referidos a manuscritos originales y a transcripciones de los escritos del Daishonin. Asimismo, incluye treinta y dos nuevos escritos,[21] descubiertos o dados a conocer en las siete décadas transcurridas desde la publicación del volumen precedente.

Es posible que, en el futuro, a partir del análisis documental de estudiosos y expertos en la materia, nos veamos ante la excitante y grata perspectiva de dar con nuevos descubrimientos, incluyendo, quizá, escritos cuya existencia hoy desconocemos. De ser así, su incorporación quedará sujeta al criterio de los excelentes sucesores que, ciertamente, surgirán para continuar esta noble labor.

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Los escritos del Daishonin proclaman la igualdad de todos los seres humanos y articulan una filosofía de coexistencia y armonía, amor compasivo y tolerancia. Son un reservorio ilimitado de tesoros, del cual podemos extraer la «sabiduría de la verdad que se manifiesta en función de las circunstancias cambiantes».[22] Dicha sabiduría es necesaria para unir y elevar colectivamente a la humanidad, para responder a los retos endémicos de la guerra, las enfermedades y la pobreza, y para afrontar problemas de alcance global como los desastres naturales y el cambio climático. Mi sincero deseo es que, «durante diez mil años y más aún, por toda la eternidad»,[23] los miembros de la Soka Gakkai –nobles Bodisatvas de la Tierra– sigan avanzando juntos, siempre alineados con los escritos del Daishonin, cumpliendo con alegría el juramento de maestro y discípulo mientras construyen la paz en las tierras donde viven y en el mundo entero.

Por último, quiero expresar mi profunda gratitud a todas las personas que han contribuido a la publicación de esta nueva edición.

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Daisaku Ikeda

3 de mayo de 2021
En el 70.º aniversario de la asunción de mi maestro, Josei Toda, como segundo presidente de la Soka Gakkai
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(Traducción del artículo publicado el 20 de noviembre de 2021 en el Seikyo Shimbun).


[1]Gosho: Nombre propio con que se designan los escritos compilados de Nichiren Daishonin (1222-1282). En japonés, «gosho» significa «escritos honorables»: go es un prefijo honorífico, mientras que sho significa escritos.

[2]Se trata de una de las inscripciones en el margen del Joju Gohonzon de la Soka Gakkai, entronizado en la Sede del Gran Juramento del Kosen-rufu. Las dos inscripciones de dicho objeto de devoción dicen: «Para cumplir el gran juramento del kosen-rufu mediante la propagación benevolente de la gran Ley» y «Para su entronización permanente en la Soka Gakkai».

[3]Tres obstáculos y cuatro demonios: Diversos obstáculos e impedimentos que buscan obstruir la práctica del budismo. Los tres obstáculos son: 1) el obstáculo de los deseos mundanos; 2) el obstáculo del karma; 3) el obstáculo de la retribución. Los cuatro demonios son: 1) el impedimento de los cinco componentes; 2) el de los deseos mundanos; 3) el de la muerte; y 4) el del Rey Demonio.

[4]Tres enemigos poderosos: Tres clases de personas arrogantes que persiguen a quienes propagan el Sutra del loto en la época malvada posterior a la muerte del Buda. Son presentados en la estrofa de veinte versos del capítulo «Aliento a la devoción» (13.o) del Sutra del loto. Miao-lo los tipificó en tres categorías: 1) laicos arrogantes; 2) sacerdotes arrogantes; 3) falsos venerables arrogantes.

[5]Los tres obstáculos y los cuatro demonios, en END, pág. 668.

[6]Véase OTT, pág. 200.

[7]Distintas personas con un mismo propósito, en END, pág. 648.

[8]Este cálculo responde a la forma tradicional de contar los años en el Japón. Nichiren Daishonin proclamó públicamente su enseñanza el 28 de abril de 1253.

[9]El verdadero aspecto de todos los fenómenos, en END, pág. 408.

[10]Lo que se conoce como «edición Ryogonkaku» es un volumen titulado Nichiren Shonin go-ibun (Escritos del venerable Nichiren), compilado por un pequeño grupo de sacerdotes estudiosos que seguían las enseñanzas del Daishonin y publicado en 1904.

[11]MAKIGUCHI, Tsunesaburo: Makiguchi Tsunesaburo Zenshu (Obras completas de Tsunesaburo Makiguchi), vol. 10, Tokio: Daisanbunmei-sha, 1987, pág. 278.

[12]Ib., pág. 194.

[13]IKEDA, Daisaku: The human revolution (La revolución humana), Tokio: Weatherhill, Inc., 1972, vol. 1, pág. x (Prólogo de Arnold Toynbee).

[14]Transmisión del budismo al oeste: Nichiren Daishonin predijo que su budismo del sol se propagaría desde el Japón hacia el oeste, regresando a los países que habían sido su vía de propagación en el pasado, para luego difundirse al mundo entero.

[15]Las tres clases de tesoros, en END, pág. 893.

[16]El verdadero aspecto del Gohonzon, en END, pág. 873.

[17]El invierno siempre se convierte en primavera, en END, pág. 561.

[18]Este cálculo responde a la forma tradicional de contar los años en el Japón. Nichiren Daishonin nació el 16 de febrero de 1222.

[19]Persecución de Tatsunokuchi: Fallido intento, instigado por poderosas figuras del gobierno, de decapitar al Daishonin al amparo de la noche en la playa de Tatsunokuchi, en las afueras de Kamakura, el 12 de septiembre de 1271.

[20]El Daishonin se despojó de su aspecto transitorio, como persona común y no iluminada, sujeta a un karma y a diversos sufrimientos; y, sin dejar de ser una persona común y corriente, asumió su identidad verdadera y original, es decir, la de un buda de infinita sabiduría y amor compasivo (el Buda del tiempo sin comienzo o buda eterno). Esto se condensa en la expresión «abandonar lo transitorio y revelar lo verdadero».

[21]Algunos de estos nuevos escritos son textos fragmentados, y los más breves solo constan de una o dos frases.

[22]OTT, pág. 10.

[23]Saldar las deudas de gratitud, en END, pág. 773.

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