Civilización Global Agosto 2011

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Editorial: El significado del estudio en el budismo de Nichiren Daishonin “Esfuércese en los dos caminos de la práctica y el estudio, pues el budismo no existe sin práctica y estudio. Sin embargo, no sólo debe perseverar en su práctica personal, sino también enseñar a los demás. Tanto la práctica como el estudio derivan de la fe. Enséñeles a otros con toda su capacidad, aunque sólo sea una oración o frase”1 El párrafo anterior es un fragmento de uno de los más importantes escritos de Nichiren Daishonin: “El verdadero aspecto de todos los fenómenos”. Nichiren concluye esta carta definiendo los elementos clave de su propuesta sobre la práctica budista en el Último Día de la Ley: la fe, la práctica y el estudio. Desde los inicios de nuestra organización, se vienen realizando en las épocas estivales, cursos de estudio sobre la filosofía de Nichiren Daishonin. Junto con el movimiento de estudio y de exámenes, se han convertido en una tradición de Gakkai y en un punto de constante renovación de la práctica de la fe en Soka Gakkai. En Europa, desde 1975 se realizan estos cursos en el Centro Europeo de Trets. A partir de este año, estos cursos se multiplican en numerosos países y regiones del continente, respondiendo así a la realidad de la membresía europea. En la SGEs también, este verano, se realizan estos cursos en distintas ciudades de las cuatro regiones y en un futuro cercano, también se realizarán en el nuevo Centro Cultural Soka. Este número de Civilización Global, está dedicado al contenido de estos cursos de verano 2011, como un material imprescindible para la práctica de la fe en este momento crucial de nuestra sociedad. En un reciente mensaje, el presidente Ikeda reflexionaba sobre el por qué la Soka Gakkai se había desarrollado tanto en el Japón como en el resto del mundo –192 países y territorios- y respondía que el motivo fue que los sucesivos maestros y discípulos de Soka habían actuado tal como Nichiren enseñó. Citó un escrito del Daishonin que dice: “Todos los que digan ser mis discípulos y practiquen el Sutra del Loto deberán practicarlo tal como lo hago yo. Si lo hacen, Shakyamuni, Muchos Tesoros, las manifestaciones corpóreas de Shakyamuni en las diez direcciones y las diez demonios los protegerán”2 En el prefacio a “Los Escritos de Nichiren Daishonin” en castellano, editado por Soka Gakkai, el presidente Ikeda aclara la base del espíritu de Gakkai que ha permitido a nuestra organización relacionarse directamente con los escritos del Daishonin: […], “quisiera referirme ahora a la postura espiritual con que me entrego día a día a la lectura de los escritos de Nichiren Daishonin; sobre todo, en beneficio de mis compañeros de la Soka Gakkai Internacional, que, seguramente, buscarán en este volumen el ansiado alimento con que nutrir su diaria práctica de la fe. Leer estos escritos es, para mí, tomar contacto directo con el espíritu noble estricto del Daishonin, quien se dedicó sin escatimar la vida a la lucha altruista, no sólo para preservar la integridad de la Ley, sino incluso para difundirla a sus semejantes y guiarlos en el camino hacia la superación humana. En cada expresión y en cada renglón de sus escritos, lo que resplandece ante mis ojos es su insigne espiritualidad… Por ejemplo, cuando leo esta frase de La reconvención a Hachiman: «Nichiren asume y comparte los sufrimientos de todos los seres como si fueran sus propias aflicciones», tengo la inequívoca y solemne sensación de estar ante la magnitud genuina de su amor compasivo, de ese altruismo que lo impelió a luchar sin reservas por guiar a todos, sin falta, al camino de su elevación esencial. Es este espíritu incondicional de Nichiren Daishonin lo que ha permitido a la Soka Gakkai asumir, aun en una ínfima parte, la poderosa voluntad del Daishonin y expresarla en acciones concretas en la sociedad contemporánea”. En profunda consonancia con el pasaje que acabo de citar, la Soka Gakkai se ha puesto al lado de las personas que más sufrían, dispuesta a compartir sus pesares como si fueran propios; las ha alentado infatigablemente a descubrir su Budeidad interior, insuflándoles la más extraordinaria esperanza y guiándolas en el proceso de una revitalización exultante. Esta tarea titánica de apoyo a cada persona, en forma individual, es lo que acaso explique la expansión de un inmenso círculo de esperanza que hoy envuelve el mundo entero, en torno a una filosofía de humanismo sin parangón. Otra frase de este volumen que me conmueve y me llena de profunda admiración moral es la que dice: «Aunque, por haber nacido en los dominios del gobernante, muestre que lo obedezco en mi forma de actuar, jamás lo obedeceré en mi fuero interno». ¿No es esta una precursora alusión al libre albedrío, a la libertad de culto y a la libertad de conciencia? Pero, para poder gozar de todas estas libertades, necesitamos consolidar en nuestro interior ese corazón digno de un león rey, que no sucumba ni ante la amenaza del más formidable enemigo. Por otra parte, siento yo, uno sólo puede sentir que ha leído los escritos del Daishonin cuando ha hecho surgir en su alma la valentía de un león rey para superar la adversidad y transitar la ruta de la existencia siendo fiel y consecuente a sus convicciones y verdades. Nos dirigimos a los escritos del Daishonin para ponernos en contacto con la espiritualidad de Nichiren; los estudiamos para afianzar la convicción de que, en nosotros y no afuera, anidan la esperanza, la paz y la felicidad inalterables e imperecederas; observamos el comportamiento del Daishonin como aprendizaje y ejemplo, para aplicar estos principios valerosamente en nuestras propias circunstancias complejas. Lo que nos proporciona el estudio de este «budismo para ser puesto en práctica» es un valor inalterable e inagotable, a lo largo del pasado, presente y futuro”.3 Poniendo nuevamente en práctica este espíritu, vivamos nuevamente la tradición de los cursos de verano, profundizando la fe a través del estudio, determinándonos a convertir esta época, por difícil que sea, en un nuevo punto de partida para una vida maravillosa y victoriosa. 1) “Los escritos de Nichiren Daishonin”, pág 408: El verdadero aspecto de todos los fenómenos 2) Ib. pág. 1023: Establecer como objeto de devoción a los cuatro Bodhisattvas. 3) LEDND, pág. XVIII

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