Saludar a la gente y expresar agradecimiento


Jóvenes fénix · A los miembros del Departamento Futuro de la SGEs ·
Entrega de la serie Remonten el vuelo hacia el cielo de la esperanza, por Daisaku Ikeda (Extracto)

¡FELIZ AÑO NUEVO a todos mis amados y maravillosos amigos del Departamento Futuro del mundo! ¿Han tenido un buen inicio de Año Nuevo con sus padres, familiares, vecinos y amigos?

Mi maestro Josei Toda me enseñaba en todo momento la importancia de saludar cordialmente a los demás. Además de diversas asignaturas académicas, también me enseñaba normas de cortesía y de etiqueta social; entre ellas, cómo saludar a la gente.

La forma en que saludamos a otros refleja nuestro corazón y transmite nuestros buenos deseos.

Las lecciones que aprendí del presidente Toda sobre la forma de saludar con sincera cordialidad a otros me sirvieron muchísimo cuando tuve que entablar amistad con líderes del mundo. Todas las personas destacadas que conocí tenían una forma impecable de saludar a los demás.

Mi intención siempre es brindar el saludo más sincero y cálido a todos aquellos con quienes me encuentro, así sean presidentes de países o niños pequeños. Es así porque respeto la vida preciada de cada persona.

Nichiren Daishonin dice que el buda Shakyamuni apareció en este mundo para mostrar, con su ejemplo personal, la forma en que debíamos comportarnos los seres humanos.

Por lo tanto, la manera en que saludamos a los demás es de enorme importancia. Creo que los que pueden saludar a otros con actitud cordial y amistosa en cualquier ocasión o circunstancia son personas realmente admirables.

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Recuerdo que una vez, al inicio del año, alguien dijo al presidente Toda:

–¡Feliz Año Nuevo! Que este año sea tan bueno como el anterior.

Y el presidente Toda respondió:

–Igual que el año anterior no es suficiente, pues significaría que no vamos a crecer más que el año pasado. Necesitamos determinar que este Año Nuevo será el mejor que hayamos vivido jamás.

En verdad, el Año Nuevo es una época perfecta para romper los propios límites y barreras, y dar un nuevo comienzo. Con eso en mente, tengo tres propuestas para hacerles.

La primera es que saluden a todos con un alegre «¡Buenos días!».

Cuando era pequeño y trabajaba repartiendo diarios, cada vez que me cruzaba con alguien en la calle le decía resueltamente: «¡Buenos días!». Cuando saludamos a los demás con voz resonante, eso también nos sacude y despierta a nosotros mismos, y nos dispone a comenzar magníficamente la jornada.

Por ejemplo, a partir de mañana, cuando se levanten prueben saludar a sus padres con un enérgico «¡Buenos días, mamá!», «¡Buenos días, papá!». Al principio, tal vez se sientan algo cohibidos o sus padres se sorprendan, pero ¡les pido que lo intenten! Ese saludo radiante ayudará a toda la familia a arrancar el día en forma positiva. Verán que esa es, también, una forma de mostrar agradecimiento a los padres.

En el colegio, procuren saludar a los maestros, al personal de la escuela y a sus amigos cuando los vean por la mañana. Es importante mirar a la otra persona a los ojos y hablar claramente, porque si bajan la vista o balbucean, no podrán comunicar lo que realmente sienten.

Espero que digan «¡Hola!» a los demás no solo por la mañana, sino en cualquier otro momento del día en que se encuentren con alguien. Las expresiones de saludo transmiten a las personas nuestro respeto y aprecio. En síntesis, ese breve saludo surge de su cálido interés por los semejantes. Los que saludan a la gente son personas consideradas.

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Mi segunda propuesta es que siempre agradezcan lo que comen. Esto incluye la gratitud a los que se han ocupado de cocinar para ustedes. También implica ser agradecidos con sus padres y con muchas otras personas que trabajan cada día para cuidarles y asegurarse de que la comida nunca les falte.

Todo lo que comemos nos da nutrientes, energía y fuerza para vivir. Jamás debemos dar la comida por sentada. Hay muchos niños en el mundo que sufren por no tener qué comer.

La comida nos mantiene con vida. Además de ser agradecidos por lo que comemos, espero que también extiendan esa gratitud a todas las personas que tanto trabajan para que podamos tener alimentos a nuestro alcance. Entonces, con este corazón, les pido que coman con ganas, y crezcan sanos y fuertes…

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Mi tercera propuesta es agradecer la bondad y la consideración que recibimos de los demás. Estoy seguro de que ustedes dirán «Gracias» a menudo y que los demás también les agradecerán a ustedes. ¿Cómo se sienten cuando alguien les da las gracias? Seguramente, muy satisfechos y felices.

«Gracias» es una palabra mágica, que colma de alegría tanto al que la pronuncia como al que la recibe. Los que saben sentir y expresar gratitud son personas de hermoso corazón. Quienes pueden agradecer los gestos de bondad y amabilidad de los demás llegan a ser personas capaces de trabajar por la felicidad de sus semejantes.

El Daishonin siempre era agradecido con sus seguidores. Jamás dejaba de corresponder a la sinceridad de sus creyentes y de enviarles cartas de reconocimiento.

Yo también estoy, todo el tiempo, agradeciendo a mis amigos del mundo por su apoyo y su amistad.

«Gracias» en japonés se dice «Arigato»; en chino, «Xie xie»; en coreano, «Kamsahamnida»; en inglés, «Thank you»; en francés, «Merci»; en ruso, «Spasibo»; en suajili, que es el idioma que se habla en muchos países africanos, «Asante», y así podríamos seguir ampliando la lista…

Hoy voy a decirles «Gracias» con el deseo y la convicción de que, si todos nos tratamos con agradecimiento mutuo, el mundo se convertirá en un lugar más pacífico y feliz.

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A veces, hace falta valentía para saludar a una persona. Aunque pensemos que alguien es difícil de tratar o que no nos tiene simpatía, recordemos que esa persona es un ser humano igual que nosotros. Si se arman de valor y saludan a la gente con actitud alegre y cordial, podrán abrir las puertas de su corazón, sea cual fuere el estado de ánimo de los demás. Sus palabras también tienen el poder de alegrar a los amigos que están tristes o angustiados.

El saludo entusiasta de cada uno de ustedes puede iluminar el hogar, el aula y hasta el vecindario.

He tomado la determinación renovada de trabajar más que nunca este año para abrir el camino del futuro en bien de cada uno de ustedes, mis jóvenes amigos.

Cada mañana, los estaré saludando en mi corazón, imaginando que sus voces alegres me responden.

(Artículo extraído del ensayo publicado en la edición del 1 de enero de 2013 de Boys and Girls Hope News). |

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