Sean vencedores en la travesía de la vida y del kosen-rufu (2/3)


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El ideograma [chino] myo [que significa «místico», de Nam-myoho-renge-kyo], como las flores que se convierten en frutos y la luna creciente que se torna plenilunio, es aquello que cambia y se transforma en un buda.
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Por eso, en el sutra [del Loto] se lee: «Si uno puede mantener este sutra, estará manteniendo el cuerpo del Buda».[5] El gran maestro T’ien-t’ai[6] afirma: «[El Sutra del loto…] es el Buda verdadero en todos y cada uno de sus caracteres».[7] De tal manera, el ideograma myo es El Que Así Llega Shakyamuni, perfectamente dotado de los treinta y dos rasgos y de las ochenta características,[8] pero como nuestra visión es deficiente, solo vemos un carácter escrito. Para darle un ejemplo, es como la persona anciana que, a causa de su visión borrosa, no ve que las flores de loto del estanque han dado semillas. O como el que, de noche y a oscuras, no ve la forma de las cosas. A pesar de todo, este carácter myo es un buda en sí mismo.
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Y, además, este carácter myo es la luna, el sol y las estrellas; es un espejo, es ropa, es comida, es la flor y la gran tierra y el gran mar. Todos los beneficios, agrupados en cúmulo, forman el ideograma myo. También es la gema que concede todos los deseos[9].[10]

ALIENTO Y APOYO CONSTANTES

En una carta titulada Respuesta a la monja laica Myoshin, el Daishonin explica que el ideograma myo, contenido en Nam-myoho-renge-kyo que entonamos en nuestra práctica, contiene beneficios inconmensurables.

La destinataria de este texto era una discípula residente en la provincia de Suruga (en lo que hoy es la zona central de la prefectura de Shizuoka). Se cree que adoptó la vida de monja laica con el deseo de que su esposo, el sacerdote laico Takahashi Rokuro, se curara de una enfermedad. Tiempo después, el Daishonin le confirió otro nombre budista, Jimyo («Proclamadora de Myo»). También fue conocida como la monja laica de Kubo, por la localidad adonde se trasladó tras enviudar.

El Daishonin envió a esta creyente numerosas cartas y le brindó aliento y apoyo constantes a lo largo de su duelo. En respuesta a su cálida preocupación y consideración, Myoshin mantuvo una fe firme y pura en todo momento. Su sinceridad en la práctica budista, que el Daishonin consideró sumamente «admirable»,[11] trae a nuestra mente a las mujeres de la Soka.

«NUESTRO CUERPO ES EL CUERPO DEL BUDA»

En Respuesta a la monja laica Myoshin, leemos: «Además, el carácter myo se transforma en un buda, tal como las flores se convierten en fruto o como la luna en cuarto creciente culmina en la luna llena».[12] Asegura que quienes entonan Nam-myoho-renge-kyo lograrán la budeidad sin falta. El sacerdote laico Takahashi mantuvo una fe firme hasta su muerte; la monja laica Myoshin también siguió esforzándose seriamente incluso después de perder a su cónyuge y de quedar sola a cargo de un hijo pequeño. Como ella y su marido entonaron Nam-myoho-renge-kyo, el Daishonin le asegura que ambos alcanzarán la budeidad con certeza.

A la hora de fundamentar por qué el carácter myo se convierte en un buda, se remite al capítulo «El surgimiento de la torre de los tesoros» (11.°) del Sutra del loto y a los escritos del gran maestro T’ien-t’ai. Estos textos señalan, respectivamente, que practicar el Sutra del loto es lo mismo que venerar el cuerpo del Buda y que cada frase y palabra de dicho sutra es el Buda verdadero.[13]

Sin embargo, señala, la mirada de las personas comunes solo ve palabras. Lo compara con la situación de alguien que, estando a oscuras, no puede reconocer la forma de una persona. «A pesar de todo, este carácter myo es un buda en sí mismo»,[14] reitera. En el Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente, además, asevera: «Practicar el Sutra del loto es proclamar la creencia de que nuestro cuerpo es el cuerpo del Buda».[15] El cuerpo de cada uno de nosotros, como personas comunes, es el cuerpo de un buda… Este es el beneficio de practicar la Ley Mística.

En esta misma carta, el Daishonin escribe: «Este carácter myo es la luna, el sol y las estrellas; es un espejo, es ropa, es comida, es la flor y la gran tierra y el gran mar».[16] Todos los infinitos beneficios del universo, la naturaleza y los seres humanos están contenidos en el carácter myo.

Myo también se describe como una gema que concede los deseos, lo cual significa que podemos extraer de ella, libremente, tesoros de valor inimaginable. El beneficio que reciben las personas que entonan Nam-myoho-renge-kyo y mantienen una fe perseverante es, realmente, impresionante. Es algo que llegamos a apreciar con el tiempo, porque el beneficio verdadero de la fe en la Ley Mística es invisible.

Un retoño echa firmes raíces en el suelo y, progresivamente, se convierte en un árbol gigantesco que no será derribado por las tormentas ni los vientos feroces. De manera similar, la fe firme en la Ley Mística nos permite prosperar gradualmente de manera espléndida, de un modo fiel a nuestra propia naturaleza, proyectando ramas de buena fortuna y beneficios y abriendo flores de felicidad para nosotros y para los demás.

El maestro Toda también describía ese beneficio invisible como el logro de un estado de felicidad absoluta. Es decir, una condición de vida elevada e ilimitada, en la que el solo hecho de vivir es motivo de alegría.

MANTENER UNA FE FIRME SIGNIFICA DESAFIARNOS CADA DÍA

A continuación del pasaje del Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente que cité antes, el Daishonin continúa diciendo: «Venerar el cuerpo del Buda significa proclamar la creencia en que no hay buda fuera de nuestro propio cuerpo».[17]

Es fundamental que «veneremos el carácter myo» con la convicción de que cada uno de nosotros posee el estado de vida infinitamente noble de la budeidad. En este concepto, «venerar» significa mantener la fe firme hasta el último instante.

Y «firme» quiere decir tomar una nueva determinación cada día, desafiarnos cada día, y avanzar, crecer y triunfar cada día…

El Daishonin enseña: «Tener fe como el agua significa creer continuamente, sin retroceder jamás».[18] Nos está diciendo que debemos seguir perfeccionando nuestra vida y forjándonos basados en la fe en la Ley Mística.

También escribe: «Sea diligente y fortalezca su fe hasta el último momento de su vida. De otro modo, terminará lamentándolo».[19] Pase lo que pase, debemos armarnos de una fe cada vez más profunda y avanzar con tenacidad, positivamente, para no tener nada que reprocharnos. Quienes se esfuerzan seria y sinceramente en la fe jamás sucumbirán a la desesperación. La fe es la fuente suprema de esperanza, porque nos permite hallar sentido en cualquier situación y extraer sabiduría y fortaleza para dar un paso adelante.

El verdadero beneficio de la fe en el budismo Nichiren es este beneficio intangible de construir un estado de vida así fe firme e indestructible.

Durante su exilio en la isla de Sado,[20] el Daishonin declaró: «Yo, Nichiren, soy el hombre más rico del Japón actual».[21] Este es el estado de vida del Buda del Último Día de la Ley. Ni la persecución más cruel podría hacer flaquear su espíritu.

Los miembros de la Soka Gakkai, por estar practicando las enseñanzas del Daishonin y dedicándonos al kosen-rufu, estamos perpetuando dicho espíritu.

El budismo Nichiren es una religión que forja personas sabias y fuertes, de integridad y personalidad extraordinarias. Es una filosofía de revolución humana. A través de ayudar a la gente a transformar su vida, la Soka Gakkai ha desarrollado una red de paz, cultura y educación en todo el mundo.

(Continuar leyendo la parte 3/3).


[5]SL, cap. 11, pág. 179.

[6]T’ien-t’ai (538-597): También conocido como gran maestro T’ien-t’ai o Chih-i. Fundador de la escuela T’ien-t’ai en China. Sus conferencias fueron compiladas en textos como Profundo significado del «Sutra del loto», Gran concentración e introspección y Palabras y frases del «Sutra del loto».

[7]Se desconoce la fuente.

[8]Treinta y dos rasgos y ochenta características: Rasgos extraordinarios atribuidos a los budas y bodisatvas.

[9]Joya que concede los deseos: Piedra preciosa que, según se afirma, tiene el poder de otorgar todo lo que uno desee. Simboliza las virtudes y el poder del Buda y de las escrituras budistas.

[10]Reply to the Lay Nun Myoshin (Respuesta a la monja laica Myoshin), en WND-2, págs. 879-80. Nichiren Daishonin escribió esta carta en mayo de 1280, en respuesta a las sinceras ofrendas que había recibido de la monja laica Myoshin. Además de mencionar a la mujer viuda recuerdos de su difunto esposo, le explica que la Ley Mística es la semilla para lograr la budeidad y le dice que, por ser la fuente de todos los beneficios, también es descrita como la «joya que concede los deseos».

[11]El Daishonin escribe: «¡Qué admirable!, ¡qué admirable en verdad es su fe, que nunca deja de fortalecerse!». WND-2, pág. 877.

[12]Ib., pág. 879.

[13]Véase ib., pág. 879.

[14]Ib.

[15]OTT, pág. 96.

[16]WND-2, págs. 879-80.

[17]OTT, en op. cit. pág. 97.

[18]Las dos clases de fe, en END, pág. 942.

[19]Carta a Niike, en END, pág. 1072.

[20]Exilio a Sado: Destierro de Nichiren Daishonin a la isla de Sado, situada en el mar del Japón, que se extendió desde 1271 hasta 1274. Tras el fallido intento de quitarle la vida en Tatsunokuchi, las autoridades le impusieron esta pena, que en aquel entonces prácticamente equivalía a una sentencia de muerte. Sin embargo, cuando se cumplieron las dos calamidades predichas por el Daishonin –la rebelión interna y la invasión extranjera–, el gobierno emitió un indulto en marzo de 1274, y el Daishonin regresó a Kamakura.

[21]La apertura de los ojos, en END, pág. 283.

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