Sean vencedores en la travesía de la vida y del kosen-rufu (1/3)


Publicamos una nueva entrega de la serie de disertaciones de Daisaku Ikeda titulada Iluminando el mundo con el budismo del sol.

Yo tengo una misión, y es solo mía;
la tuya, del mismo modo,
solo te pertenece a ti.[1]

Estos versos pertenecen a «Canto de la juventud», un poema que escribí para nuestros sucesores del Departamento de Jóvenes hace cincuenta años, en diciembre de 1970.[2]

Los miembros de la Soka Gakkai que practicamos la sublime enseñanza de la Ley Mística tenemos la noble misión de transformar la sociedad por medio de nuestra revolución humana. Nuestro propósito es establecer la enseñanza correcta para asegurar la paz en la tierra; es decir, hacer posible la felicidad y la paz de toda la humanidad. Ese es el mensaje que quise impartir a mis jóvenes amigos, que asumirían la responsabilidad del futuro de nuestro movimiento.

UNA REVOLUCIÓN INTERIOR GRADUAL

El poema prosigue:

No es un cambio formal y externo
lo que la gente ansía
para el nuevo siglo…
Sueñan con una revolución segura
desarrollada en su propia vida
de manera gradual y pacífica,
sostenida en las creencias
y en la filosofía de cada individuo…[3]

LA MAGNÍFICA GESTA DE LAS PERSONAS COMUNES

Han pasado cinco décadas desde que escribí este poema. Mis queridos compañeros –desde quienes trabajaron a mi lado en aquellos años hasta los confiables sucesores actuales del Departamento de Jóvenes– han mantenido su práctica budista y se han esforzado dignamente por cumplir cada uno su cometido en el campo de sus actividades personales. Hoy, nuestro movimiento popular, firme y sostenido, ha adquirido una dimensión global. El extraordinario «canto de la juventud» que cada uno de nuestros miembros ha creado en estos cincuenta años se ha convertido en una heroica gesta de las personas comunes, que se traduce en una potente marea del kosen-rufu mundial.

Antes que buscar «un cambio formal y externo», es importante que adoptemos un enfoque gradual y que cultivemos tenazmente el suelo espiritual del pueblo, para que pueda dar lugar a una abundante cosecha de felicidad. Como expresó ese gran coloso de la no violencia que fue el Mahatma Gandhi (1869-1948), «el bien avanza a la velocidad del caracol».[4]

EL ESPÍRITU INVARIABLE DE LA SOKA GAKKAI

Ha llegado el momento de que el verdadero valor de nuestro movimiento popular brille con fulgor creciente. Para ello, pase lo que pase, tenemos que seguir adelante, siempre hacia delante, en nuestra travesía hacia la victoria en la vida y en nuestra travesía eterna de lucha conjunta por el kosen-rufu como maestro y discípulo, unidos con un solo corazón.

Ahora que nos disponemos a un nuevo comienzo [en vísperas del año entrante], estudiemos las palabras del Daishonin y reafirmemos la importancia de mantener una fe firme, constante e inquebrantable. El espíritu de la Soka Gakkai permanece invariable, más allá de las dificultades y de las nuevas maneras de abordar la cotidianidad surgidas a raíz de la pandemia del coronavirus.

(Continuar leyendo la parte 2/3).


[1]IKEDA, Daisaku: «Song of Youth», en Songs from My Heart: Poems of life and nature, («Canto de la juventud», en Cantos de mi corazón. Poemas sobre la vida y la naturaleza), trad. ingl. Burton Watson, Londres: I. B. Tauris, 2015, pág. 5.

[2]N. de E.: Esta disertación se publicó en japonés hace ahora un año, en diciembre de 2020.

[3]Ib., pág. 11.

[4]GANDHI, Mahatma: The Collected Works of Mahatma Gandhi (Obras completas del Mahatma Gandhi), Nueva Delhi: División de Publicaciones, Ministerio de Información y de Comunicaciones, Gobierno de la India, 1992, vol. 10 (noviembre de 1909-febrero de 1911), pág. 27.

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