Abril, mes del juramento del discípulo


Orientación para la SGEs


Las primeras fragantes flores de cerezo de este 2021 en torno a la Sede del Gran Juramento del Kosen-rufu, en Shinanomachi (Tokio) | Foto: Seikyo

Josei Toda, segundo presidente de la Soka Gakkai, falleció el 2 de abril de 1958. Poco después, su discípulo directo, un joven Daisaku Ikeda de 30 años, escribía en la revista de estudio de la Soka Gakkai Daibyakurenge un artículo sobre los profundos lazos compartidos por el maestro Toda y el Departamento de Jóvenes. Y lo concluía con un compromiso personal: «Ha caído un árbol colosal, pero se acerca el día en que los poderosos árboles del Departamento de Jóvenes, erguidos, colmarán el cielo».[1] Ese juramento del discípulo se ha hecho realidad, con el crecimiento de un bosque de jóvenes Bodisatvas de la Tierra, cuidado por la Soka Gakkai, que hoy cubre nuestro país y el mundo entero.

Ikeda Sensei ha seguido teniendo presente a su maestro cada día de su vida. Como cuando, años más tarde, escribió:

Mi maestro Josei Toda a menudo decía: «Desde luego, mi objetivo es hacer que avance el kosen-rufu, pero lo que deseo más que nada es que cada uno de los preciados miembros goce de buena salud, felicidad y prosperidad. Mi felicidad es inmensa cuando escucho decir a la gente que ha mejorado su vida a través del budismo de Nichiren Daishonin; lo que me destroza es enterarme de que alguien todavía sufre».

La única preocupación del maestro Toda era la felicidad de las personas; entonaba daimoku para que todos los miembros de la Soka Gakkai, sin excepción, tuvieran inmensos beneficios derivados de la fe. Con este fin, hacía cuanto estaba a su alcance para ayudarlos y abrir una ruta que los guiara hacia los mejores resultados.

Hoy, nuestra gran red de personas dedicadas a la revolución humana y que gozan de buena fortuna abarca ciento noventa y dos países y territorios del mundo. ¡Qué feliz estaría Toda Sensei de nuestro crecimiento![2]

Con este espíritu, seguimos recorriendo la órbita de maestro y discípulo de Gakkai desde el 16 de marzo, al 2 de abril, hacia el 3 de mayo y, en nuestro continente, el 6 de junio, Día de Maestro y Discípulo de Europa, especialmente este 2021 en el que conmemoraremos su 40.º aniversario con una gran asamblea europea, uno de los hitos más significativos de este primer año del decenio hacia 2030.[3]

[…] seguimos recorriendo la órbita de maestro y discípulo de Gakkai desde el 16 de marzo, al 2 de abril, hacia el 3 de mayo y, en nuestro continente, el 6 de junio, […] que conmemoraremos […] con una gran asamblea europea.

Gracias a la campaña «Cien mil diálogos de esperanza» en la que nos hemos embarcado en la SGEs, estamos teniendo y escuchando, aún en este momento social tan complicado, innumerables experiencias de florecimiento, como respondiendo a la llegada de la primavera. En una reciente entrega de la serie Aliento de las cuatro estaciones, Ikeda Sensei nos ha animado a abrir nuestras corazas y expandir nuestro estado vital.

Ya está aquí la primavera.
Es la estación del florecimiento,
en la que todas las vidas brillan.
Es una primavera de esperanza,
en la que todas las vidas crecen apasionadamente.
Mis queridos amigos,
junto con la primavera que comienza,
avancemos valerosamente, haciendo brillar cada vez más
el sol de la Soka en nuestros corazones.[4]

Esta vitalidad y coraje parecen haber latido en la iniciativa que Nichiren Daishonin tomó un 28 de abril, en 1253, al proponer su enseñanza enunciando públicamente Nam-myoho-renge-kyo, aun consciente de la enorme oposición que encontraría. Fue el inicio de una auténtica batalla de palabras en bien de la Ley.

En todas las épocas, el coraje se manifiesta al desafiar las circunstancias que afrontamos, allí donde nos toca estar en un momento dado, con la convicción de que somos manifestaciones de la Ley Mística. Esta es la forma de poner en práctica este budismo y de construir una magnífica y significativa historia personal.

Si nos desafiamos en nuestra revolución humana con la convicción de que obtendremos la victoria final en la vida, podremos expandir enormemente nuestro estado interior. Podremos lograr una condición de libertad ilimitada que nos permitirá abrazar todas las dificultades y penurias como un gran océano. Sin falta, llegará un momento en que veremos con total claridad el sentido de cada una de las experiencias que hemos tenido que vivir.

Por este motivo, es fundamental que nuestro avance se base en la entonación del daimoku, tanto en épocas de sufrimiento como en momentos felices. Si actuamos así, en los tiempos duros encontraremos la sabiduría necesaria para transformar el veneno en medicina, y cuando el viento sople de cola podremos avanzar con un optimismo y una esperanza mayores aún. Seremos «grandes personas comunes», con estados de vida sublimes, capaces de encarnar en nuestra vida real las palabras del Daishonin, «sufra lo que tenga que sufrir; goce lo que tenga que gozar».[5]

En una disertación que dedicó al escrito del Daishonin La voz pura y potente, Ikeda Sensei afirma:

Nichiren Daishonin recalca a sus seguidores una y otra vez la importancia del poder que encierra la voz humana: «La voz lleva a cabo la tarea del Buda»;[6] «proclamar sin concesiones»;[7]  y «cuando un león ruge, todas las demás bestias enmudecen».[8]

El kosen-rufu es una contienda de palabras. Fue así en los tiempos del Daishonin, es así hoy, y seguirá siendo así en el eterno futuro. Por eso, son tan importantes nuestras voces: ellas son nuestras armas y nuestras municiones. Si somos consecuentes en la enunciación de la verdad, nuestras palabras conmoverán el corazón de nuestros interlocutores. Si seguimos hablando en defensa de la justicia, podremos vencer la iniquidad y el mal. Las voces sinceras y apasionadas generan una respuesta en el corazón de los demás.[9]

Sin duda, ha llegado el momento adecuado para comprobar hasta qué punto nuestra voz puede transformar la época, reviviendo en este mes de abril el juramento del discípulo.


[1]Citado por IKEDA, Daisaku: «Abril, mes del juramento del discípulo», Seikyo Shimbun, 15/4/2010.

[2]IKEDA, op. cit.

[3]Véanse, en este número, las secciones «Para dialogar» y «Actualidad».

[4]IKEDA, Daisaku: «¡Avancemos alegremente hacia una primavera de diálogo!», Seikyo Shimbun, 14/3/2021.

[5]La felicidad en este mundo, en END, pág. 715.

[6]OTT, pág. 4.

[7]Véase Sobre la práctica de las enseñanzas del Buda, en END, pág. 416.

[8]La tortuga tuerta y el tronco flotante, en END, pág. 1004.

[9]IKEDA, Daisaku: «La voz pura y potente: ¡Hablemos con voces resonantes de verdad y de justicia!», Daibyakurenge, mayo de 2013.

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