Que cada día sea un 16 de marzo

Rumbo a Protagonistas de la Alegría


HOY, LOS JÓVENES Soka de España y Portugal estamos avanzando resueltamente rumbo a Protagonistas de la Alegría –festival en el que conmemoramos el 18 de noviembre, 90.º aniversario de la fundación de la Soka Gakkai–, recordándonos unos a otros la determinación y postura que hemos adoptado: la de avanzar cada día con alegría, pase lo que pase.

«Olas de amistad, corrientes de paz», lema de nuestro festival, comprende la voluntad de asumir el protagonismo del kosen-rufu a través de expandir una red de amistad y solidaridad con todas las personas con quienes compartimos este planeta y su realidad. Superaremos cualquier desafío en el camino, sosteniendo la antorcha de la justicia, del coraje y de la libertad, tal y como entona la nueva canción de jóvenes de Europa, Torchbearers (Portadores de la antorcha). En un ensayo reciente, Ikeda Sensei ha aludido extensamente a la canción, y ha observado: «Las voces de los jóvenes ciudadanos globales Soka que se alzan con esta canción anuncian un nuevo amanecer de la historia de la humanidad, de paz y humanismo, que el maestro Toda deseó fervientemente».[1]

En la histórica asamblea que se celebró un 16 de marzo hace 62 años, 6000 jóvenes de Japón se reunieron justamente en torno a Josei Toda, segundo presidente de la Soka Gakkai, quien les confió la responsabilidad del futuro del kosen-rufu. Recordando ese primer «Día del Kosen-rufu», Ikeda Sensei escribió hace dos años: «Muchos de los jóvenes que se reunieron con Toda Sensei en aquella ceremonia original del 16 de marzo de 1958 aún hoy están trabajando por el kosen-rufu y participando animadamente en las actividades de Gakkai, sesenta años después. Son personas realmente inspiradoras, que avanzan con el espíritu imbatible de que “cada día sea un 16 de marzo”».[2]
A través del poema «Un azul más intenso que el índigo», que compuso en 1998 evocando esta fecha,[3] Ikeda Sensei describe ese espíritu imperecedero, y declara que los jóvenes son de «un azul mucho más intenso que la planta del índigo». A través de la lectura del extracto de dicho poema que recogemos a continuación, resolvamos avanzar con la actitud de que cada día es un 16 de marzo y alentarla en nuestras amigas y amigos, en el recorrido hacia Protagonistas de la Alegría. |


EL NUEVO DÍA ES DE LOS JÓVENES,
henchidos de vida
como el verde campo de centeno
que destella con la escarcha del alba.

Es marzo todavía,
pero en las horas que preceden a la aurora
a los pies del monte Fuji
un frío intenso hiela el aire.
Radiantes de alegría,
seis mil jóvenes Bodisatvas de la Tierra
se han reunido sin demora
en respuesta al llamamiento imprevisto
que corrió con la velocidad del rayo. […]

¡Ah, pureza de la juventud,
bella y rotunda,
que anuncia el nacimiento
de un brillante nuevo día…!

¡Ah, 16 de marzo inmortal…!

¡El día en que,
junto a nuestro maestro,
dejamos establecido
el sublime modelo del kosen-rufu…!
¡El día en que el mentor y los sucesores
hicimos el eterno juramento inalterable
de asumir la lucha conjunta!

Decidimos llamarlo
Día del Kosen-rufu
para recordar eternamente
el profundo significado de esa jornada. […]

Esos compañeros inolvidables
que se reunieron aquel brillante
16 de marzo
avanzaron tenazmente
con propósito y ahínco,
apretaron el paso
en nuestra decidida larga marcha
y escribieron junto a mí
una sublime historia de gloriosos triunfos.
Una y otra vez
tuvimos que luchar
contra el huracán de los tres enemigos poderosos.
Cuántos días debimos resistir
el asedio tempestuoso
de los ataques más ruines,
y cuántas veces fuimos traicionados
por gente canalla y mezquina.

Y sin embargo, pese a todo,
logramos la victoria absoluta e incuestionable.
En alas de la esperanza,
remontando amarguras y adversidades,
nuestras jóvenes
–hoy reinas acariciadas
por la brisa dorada de la felicidad–
y nuestros muchachos
–hoy nobles pilares
de este castillo humano de paz–
han construido espléndidamente
un cimiento inexpugnable.
El eje invariable
que nos ha permitido trazar
las sólidas bases del kosen-rufu
es esta mística solidaridad
entre amigos desde el tiempo sin comienzo;
es esta relación entre personas distintas
que laten con un mismo objetivo,
y este solemne lazo que nos une
basado en nuestro esfuerzo abnegado
por cumplir los ideales del Daishonin.

Cuando la energía incontenible de los jóvenes
siga multiplicándose
como blancas nubes que asoman allá en el horizonte,
y, una vez más,
colme los cielos de la flamante nueva era,
desaparecerán los negros nubarrones
de las funciones destructivas
y el rostro de esos jóvenes gallardos,
emisarios del Buda,
brillará eternamente
en una danza de pétalos
mecidos por la brisa fragante.

La juventud es un tesoro de valor incalculable.
Cada adversidad,
cada victoria o fracaso
es un trampolín desde el cual poder saltar
hacia un desarrollo colosal.
¡A ustedes les pido,
mis jóvenes amigos,
que hagan sonar una nueva serie
de Siete Campanadas! […]

No pregunten
si la enorme corriente del kosen-rufu
es una consecuencia inevitable de la historia.

Mejor, pregúntense a cada instante
si tienen la pasión
de hacer que el kosen-rufu,
con su propio esfuerzo y sudor,
sea un resultado inevitable.

El kosen-rufu significa establecer,
en respuesta al deseo del Daishonin,
el estado infinitamente noble de la Budeidad
en el corazón de todas las personas,
y hacer que florezca eternamente
en esta, nuestra tierra,
un brillante renacimiento de la vida.

T’ien-t’ai ha dicho:
«De la planta del índigo,
un azul todavía más intenso».
Algo sumergido en tinta de índigo
se vuelve mucho más azul
que la propia planta.

Ustedes también escribirán libremente
una épica grandiosa,
una oda a la victoria del pueblo,
proclamando la Ley fundamental
que permea cuanto existe en el universo
e irradiando la luz infinita
que brota en lo más hondo de su ser.
Esta es mi oración más fervorosa.

¡Qué promesa habrán hecho,
valientes héroes de noble misión,
para surgir y ser legión
justo en los albores
de la época de los jóvenes!
¡Ah…!
¡Ya comienza una nueva, histórica gesta
hacia las tres décadas siguientes!

Tengo la convicción de que ustedes,
mis jóvenes camaradas,
escalarán con audacia
cumbres de hazañas sin precedentes
y harán resonar jubilosamente,
con decisión reafirmada,
la campana que anunciará
la alborada del siglo venidero.

Ha llegado, una vez más, el momento
de recordar el Día del Kosen-rufu,
de revivir esa mañana de anhelos
en que la juventud respiró el aliento
de una inspiración renovada.

¡Jóvenes, avancen a cada instante!
Este es el momento
de arremeter y de marchar sin pausa.

¡Jóvenes,
mientras se desafían arduamente
en su diaria lucha por estudiar y crecer,
entonen con orgullo y alegría
la animada y potente
canción de la juventud.

Con lazos indestructibles
de dorada unión mientras vivan,
dedíquense con alma y vida
a nuestra noble tarea
y abran las puertas a un nuevo día
que ilumine la historia humana. |


[1] IKEDA, Daisaku: «Conmemorando el 120.º aniversario del nacimiento del maestro», Seikyo Shimbun, 7/2/2020 (traducción tentativa).

[2] Civilización Global, n.º 157, mayo 2018, pág. 8.

[3] Un fragmento del extenso poema se publicó en el Seikyo Shimbun, 7/2/2018.

 

Scroll al inicio