Carta desde Sado · Parte i (1/3)


¡Triunfar con «el corazón de un león rey»!


Seguimos avanzando con la publicación de la serie de disertaciones de Daisaku Ikeda titulada Iluminando el mundo con el budismo del sol, con la primera mitad de una entrega dedicada «A nuestros jóvenes del Departamento Futuro, abanderados de la justicia: Nuestra esperanza en el futuro».

El invierno siempre se convierte en primavera».[1]

Después de los fríos días de invierno, hemos entrado en marzo, un mes lleno de esperanza primaveral.

La primavera es la estación en la que todo estalla de vida. Asimismo, es un importante momento de nuevos comienzos: muchos de nuestros preciados miembros del Departamento Futuro se gradúan, comienzan un año lectivo o bien dan los primeros pasos en su vida laboral.[2]

Mientras el mundo sigue lidiando con los desafíos impuestos por la pandemia, imagino que ustedes, queridos amigos, también habrán tenido que enfrentar muchas dificultades a lo largo del pasado año.

CONVERTIR LOS RETOS DE LA JUVENTUD EN TESOROS

A causa de la pandemia, probablemente no hayan podido asistir a clases presenciales durante largos períodos y, en cambio, hayan tenido que estudiar en sus casas. Imagino que muchos se habrán sentido frustrados y desanimados a causa de estos cambios, que habrán incluido la cancelación de actividades extracurriculares y el aplazamiento de excursiones escolares y otros eventos.

Pero, si vemos las cosas a largo plazo, hay un profundo significado en que hayan experimentado estas inesperadas adversidades en una época tan sensible como es su juventud. Llegado el momento, todo lo vivido se demostrará de enorme valor y utilidad.

«Nada educa tanto como las pruebas y dificultades». A los 17 años, colgué en una de las paredes de mi cuarto este lema, que a menudo me repetía a mí mismo. Fue durante el turbulento período que siguió a la Segunda Guerra Mundial.

La experiencia directa de la desventura o de calamidades sin precedentes puede ayudarlos a tomar plena conciencia del valor irremplazable de la vida, a comprender el dolor y el sufrimiento de otras personas y a tender la mano a quienes lo necesitan. De tal manera, espero que se desarrollen como excelentes líderes, capaces de trabajar en bien de la felicidad de la gente, y que cada uno brille en el ámbito de su propia misión. Con este deseo, mi esposa Kaneko y yo estamos orando de todo corazón, día tras día, por su firme crecimiento y por el éxito de sus emprendimientos.

Ustedes son los jóvenes protagonistas que liderarán nuestro movimiento cuando la Soka Gakkai celebre el centenario de su fundación, en 2030. Su generación asumirá la noble tarea de transformar el destino de la humanidad y dar paso a un nuevo amanecer.

Hablando del amanecer, […] la Soka Gakkai eligió como lema para 1966 «Año del amanecer», con el compromiso de redoblar su labor por el kosen-rufu mundial. También designó ese año como «Año del Departamento de Estudiantes de Bachillerato», con la expectativa de promover el desarrollo de los miembros del Departamento Futuro. Ese año, diserté mensualmente sobre los escritos de Nichiren Daishonin ante representantes del Departamento de Estudiantes de Bachillerato. Algunos altos responsables expresaron la opinión de que debería priorizar la orientación a responsables adultos. Pero, pensando en el futuro lejano del kosen-rufu, quería que los miembros del Departamento de Estudiantes de Bachillerato y los demás integrantes del Departamento Futuro tomaran conciencia de su misión y adquirieran un espléndido crecimiento, y por eso dediqué todas mis energías a forjarlos.

Uno de los escritos del Daishonin que estudié con ellos en ese momento fue la Carta desde Sado. Me gustaría volver a estudiar este escrito con ustedes, mis queridos miembros del Departamento Futuro, que asumirán la responsabilidad de una nueva era, tomando como eje el propósito de la fe y la forma en que vivimos como miembros de la Soka Gakkai.

(Continuar leyendo la parte 2/3).


[1]END, pág. 560.
[2]En Japón, las graduaciones académicas suelen tener lugar en marzo. Abril señala el inicio del año lectivo y el momento en que muchos graduados se incorporan por primera vez al mercado de trabajo.

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