En el 75.º aniversario de los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki
Texto completo de la declaración que la Soka Gakkai emitió el 1 de agosto, firmada en representación por Yoshiki Tanigawa, presidente del Consejo de Asuntos de Paz de la organización.
Este verano, se cumplen 75 años de los bombardeos atómicos de Hiroshima y Nagasaki, acaecidos el 6 y el 9 de agosto de 1945. Las campañas de abolición nuclear de la Soka Gakkai tienen su origen en la declaración de 1957 de su segundo presidente, Josei Toda, quien urgió a eliminar las armas nucleares por constituir una grave amenaza al derecho de supervivencia humana. La Soka Gakkai se basa en la convicción, enunciada por Toda y mantenida por Daisaku Ikeda, de que dichas armas son un mal absoluto. Este año también, como sucesores de ese espíritu, los miembros de la Soka Gakkai renovamos nuestro compromiso de trabajar tenazmente por la erradicación de las armas nucleares.
Vivimos una situación mundial exacerbante, ante señales de una nueva carrera armamentista nuclear entre países poseedores y la pandemia de COVID-19. Todo indica que la fuerza militar es incapaz de resolver los desafíos globales. ¿Cómo salvaguardar eficazmente la seguridad humana? Ante tantos peligros es evidente que, en lo que concierne a garantizar el derecho a la vida, la humanidad se encuentra en una encrucijada.
Por otro lado, este año ofrece una oportunidad excepcional en cuestiones de desarme, ya que se celebra el 75.º aniversario de las Naciones Unidas y el 50.º aniversario de la entrada en vigor del Tratado sobre la No Proliferación de las Armas Nucleares (TNP). Uno de los propósitos de la primera resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas de 1946 fue la eliminación de las armas atómicas. En sintonía con ello, estamos viendo avances sustanciales con miras al logro de las cincuenta ratificaciones que se necesitan para que entre en vigor el Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares (TPAN), adoptado históricamente en 2017 por las Naciones Unidas, en respuesta al clamor global generado gracias a la valentía de los hibakusha (víctimas de la explosión, la producción y el ensayo de las armas nucleares, especialmente de Hiroshima y Nagasaki) que alzaron su voz para que no se repita el mismo sufrimiento.
El TPAN señala las catastróficas consecuencias humanitarias de las armas nucleares y prohíbe bajo toda circunstancia actividades relacionadas, incluidos su desarrollo, posesión y uso. El TPAN complementa al TNP como eje del mecanismo internacional de desarme nuclear. La Soka Gakkai considera apremiante la entrada en vigor del TPAN y su implementación universal. Esperamos que los estados poseedores cumplan las obligaciones de desarme estipuladas en el TNP.
Japón es el único país que ha sufrido bombardeos atómicos en la guerra. Estamos en un momento coyuntural en el que el gobierno japonés debería manifestar su disposición a participar en el TPAN y ayudar a articular el debate internacional en torno a la erradicación nuclear.
Las enseñanzas budistas dicen: «Cuando ocurre un gran mal, sobreviene un gran bien». Si cada persona hace suya la visión de un mundo libre de armas nucleares, podremos transformar la crisis en un punto de inflexión y consolidar ese ideal intercambiando unión por división. Como sucesores del compromiso por la paz del maestro Daisaku Ikeda, quien ha sido un firme continuador del espíritu de su mentor Josei Toda, los miembros de la Soka Gakkai renovamos la determinación de promover actividades de sensibilización ciudadana y comunitaria para fomentar la solidaridad hacia un mundo sin armas nucleares.