De Daisaku Ikeda
Año 1955
MARTES, 3 DE MAYO
Nublado después de la lluvia
Empezó a llover débilmente por la tarde. A las 12:30 tuvo lugar el duodécimo encuentro de la sede central, acogido por el distrito Koiwa. Escuché que el número de participantes superó los quince mil. Es señal de gran progreso, y un referente para el avance ilimitado que está por llegar.
Oí que un gran número de personas han vuelto a casa decepcionadas porque no han podido acceder al recinto. Me apené por ellas.
Estaba satisfecho porque todo había salido como planeamos sin accidentes.
Aprecio sinceramente a los miembros del Departamento de Jóvenes que han ayudado entre bastidores. Espero que ninguno de los responsables olvide el esfuerzo de aquellos que han trabajado tras bambalinas.
También he estado profundamente preocupado por el futuro. A las 17:30 comenzó una reunión de seguimiento en el restaurante chino de N. Acudieron todos los máximos responsables, así como los sacerdotes.
Otro miembro del Departamento de Jóvenes y yo actuamos como maestros de ceremonia. Me sentía enfermo. Fue el día más agonizante de mi vida.
Como si me estuviera muriendo, caí en la cama a media noche.