De Daisaku Ikeda
Año 1955
VIERNES, 6 DE MAYO
Cielos despejados
Mi salud ha mejorado ligeramente. Envidio el sano vigor de los demás. Mi esposa también parece estar cansada de exigirse a sí misma más allá de lo razonable. Últimamente parece desanimada.
Tengo que recuperarme. Estoy preocupando a todo el mundo y no estoy terminando mi propio trabajo. Primero, entonar daimoku. Segundo, dormir bien. Tercero, cuidar de mi salud. Debo ser especialmente cuidadoso, poner estas cosas en práctica y tener paciencia. Después de todo, «el budismo es sentido común».
DOMINGO, 15 DE MAYO
Lluvia ligera durante la mañana, después nublado
Me quedé en casa toda la mañana. Mi primer día libre en un tiempo. La Sra. M. vino por la tarde. Le siguieron el director del Cuerpo y otros tres responsables. Juntos disfrutamos de la Quinta sinfonía de Beethoven. Esta melodía, que muestra una continua batalla contra el sufrimiento, se parece a lo que siento en el fondo de mi corazón.
Por la tarde, fui a casa de S. en Yaguchi. Me invitaron a cenar. Hablé cerca de dos horas con uno de sus familiares que es socialista. Terminó siendo una oportunidad para la propagación de la Ley. Es una persona digna de compasión. Está pálido, le falta confianza y parece llevar una vida vacía.