Espejos que reflejan el futuro


Por Tania Tabares Lorenzo · Las Palmas de Gran Canaria


Los niños son preciosos tesoros de la sociedad; son como espejos que reflejan el futuro. Shin’ichi albergaba gran esperanza en el siglo XXI, al verlos crecer fuerte y vigorosamente, como los árboles que echan sus raíces profundamente en la tierra. Y, en bien de ellos, renovó su compromiso de promover aún más el intercambio educativo y cultural.[1]

Inicié este año enfrentando varias dificultades: estaba descuidando mi salud; en mi familia estaban surgiendo desarmonías; en mi trabajo escuchaba rumores de que quizás tendría que abandonar mi actual plaza como interina; tenía muchas dudas sobre mi futuro, si seguir preparándome oposiciones o si me tendría que ir de Gran Canaria…

Me di cuenta de que mi ritmo de lectura de La nueva revolución humana ya no era igual que en los dos años anteriores. Recordé que seguirlo me había ayudado, sin duda, a sacar cada día valor, alegría y coraje para levantarme y continuar adelante con mi deseo más profundo, el kosen-rufu. Si quiero que la sociedad en la que vivo cambie, estoy convencida de que esta es la única manera, y de que todo comienza por mí misma.

Así que retomé la lectura, este año con el volumen 30, y me encontré con las siguientes palabras: «Shin’ichi escribió: con fuerza y de una sola pincelada la palabra “Justicia” expresando su compromiso en la caligrafía. Y agregó en la parte inferior la inscripción: “Llevo en alto, solo, el estandarte de la justicia”. “¡El verdadero reto acaba de empezar! –se dijo–. Cualquiera sea mi posición y aunque me vea completamente solo, seguiré mi lucha. Como discípulo espiritualmente inseparable de mi mentor, me esforzaré y conseguiré la victoria. ¡“Justicia” implica avanzar para siempre en el gran camino del kosen-rufu!».[2] Sentí exactamente eso, que el reto acababa de empezar.[3]

Coincidiendo con el 45.º aniversario de la designación de esta fecha [el 5 de mayo, como Día de los Sucesores], […] muchas sucesoras y sucesores están creciendo como árboles imponentes en la SGEs.

Desde siempre me han fascinado los niños, aunque a veces no me he sentido del todo cómoda con ellos. Sin embargo, aprendiendo de la postura de Ikeda Sensei, me he dado cuenta de que es la propia determinación y el deseo de que sean felices y comprendan lo valiosos que son, y el gran potencial que tienen, lo que hace que yo pueda extraer la sabiduría, creatividad, claridad y alegría cada día para aprovechar al máximo cada encuentro que tengo con ellos y generar esperanza.

Para ello, coincidiendo con la primera guía del Departamento Futuro, he comenzado por cuidar bien mi salud, teniendo ya muy buenos resultados; en mi familia estoy pudiendo mantener diálogos llenos de valor y esperanza; en el trabajo, donde también estoy cultivando nuevos vínculos humanos mediante el diálogo, seguiré por un largo tiempo, y tengo más claro mi futuro.

Este mes, celebrando el Día de los Sucesores el 5 de mayo, y coincidiendo con el 45.º aniversario de la designación de esta fecha, renuevo mi compromiso de generar olas de diálogo de esperanza con las niñas y niños, e informar a Sensei de que el kosen-rufu no parará, y de que muchas sucesoras y sucesores están creciendo como árboles imponentes en la SGEs. Con el «corazón de un león rey»,[4] desplegaré al máximo mi potencial y romperé mis límites, decidida a que cada uno de ellos sea feliz.


[1]IKEDA, Daisaku: La nueva revolución humana, vol. 30, Rivas Vaciamadrid: Ediciones Civilización Global, 2021, pág. 162.

[2]Ib., pág. 80.

[3]Tania asumió en enero pasado la responsabilidad nacional del Departamento Futuro de la SGEs.

[4]Véase, en Civilización Global, n.º 181, mayo 2020, págs. 4-6.

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