La fe es la brújula para alcanzar la victoria en la vida (3/3)


(Volver a la parte 2/3).

Ya he informado de todo esto a Brahma, Shakra, las deidades del Sol y de la Luna y a las demás funciones protectoras. Y estas jamás harían caso omiso. Les pido que consideren la situación que están viviendo como un designio de los cielos.
.
Con mi profundo respeto,
Nichiren[30]

ORACIONES PARA OBTENER PROTECCIÓN ABSOLUTA

A continuación, estudiemos un pasaje de Carta a Hoki y a los demás, un escrito hasta ahora inédito que se incluyó en la edición revisada de Nichiren Daishonin gosho zenshu (Obras completas de Nichiren Daishonin) [publicada en noviembre de 2021].

Del texto original solo se han conservado unos pocos renglones finales. No obstante, hay claras menciones de la fecha y los destinatarios: «En el vigésimo sexto día del noveno mes [26 de septiembre] – A Hoki y a los demás». Hoki, también conocido como Hoki-bo, es otro nombre de Nikko Shonin [discípulo directo y posteriormente sucesor del Daishonin]. En la carta hay un agregado de puño y letra de Nikko donde se alude al año, 1279. Si consideramos la fecha y los destinatarios, es probable que el tema del cual el Daishonin dice haber informado a las funciones protectoras del universo haya sido la persecución de Atsuhara[31] o algún asunto relacionado.

Alarmados por la rápida expansión de las enseñanzas del Daishonin, los poderes religiosos establecidos se aliaron con las autoridades políticas para perseguir a sus discípulos, y lo hicieron con especial intensidad en Atsuhara. A sus discípulos, decididos a prevalecer ante esa crisis sin precedentes, el Daishonin les enseñó la importancia de vivir con la determinación de un practicante del Sutra del loto.

Sus palabras «Ya he informado de todo esto a Brahma, Shakra, las deidades del Sol y de la Luna y a las demás funciones protectoras» transmiten el corazón con que estaba orando para que las funciones protectoras del universo salvaguardaran resueltamente a sus discípulos. Aquí, el verbo «informar» describe una rotunda oración, imbuida con la convicción inamovible de despertar esas funciones y ponerlas en acción para que no dejaran de brindar su protección. En este deseo podemos apreciar el inmenso amor compasivo del Daishonin. La frase siguiente, «Y estas jamás harían caso omiso», recalca más aún la confianza del Daishonin en la protección de las deidades celestiales.

LAS FUNCIONES POSITIVAS Y NEGATIVAS SON INHERENTES A NUESTRA VIDA

Es importante comprender que las funciones positivas y negativas de la vida -fuerzas protectoras y funciones demoníacas- existen dentro de nosotros. Son como las dos caras de una misma moneda. El Daishonin escribe: «La naturaleza fundamental de la iluminación[32] se manifiesta como Brahma y Shakra [deidades protectoras del budismo], mientras que la oscuridad fundamental[33] se expresa como el Rey Demonio del Sexto Cielo[34]».[35]

Si no creemos en nuestra propia budeidad y en la budeidad de los demás, nuestra vida permanece nublada por la ignorancia primordial. En tal caso, nuestro medio ambiente obra como una influencia negativa o demoníaca, que solo la «filosa espada» de la fe puede atravesar. Cuando tenemos fe firme en la Ley Mística y dedicamos nuestra vida al kosen-rufu -el gran juramento del maestro y sus discípulos-, nuestra vida manifiesta el estado vital de la budeidad en cada instante, y las personas que nos rodean empiezan a actuar como funciones protectoras. Entonces, nos vemos robustamente protegidos. A esto se refieren frases como «el Buda entra en nuestro cuerpo» [opuesta a la expresión «las funciones malignas entran en nuestro cuerpo»] o principios como «la natuwwwraleza de buda se manifiesta desde el interior y genera protección desde afuera[36]».[37]

La fortaleza de la fe es lo que, en última instancia, determina el poder de las funciones protectoras. Por ende, es crucial reconocer las funciones demoníacas como tales, vencerlas y movilizar a las deidades protectoras mediante un daimoku resuelto.

El maestro Toda lo explicaba de un modo claro y sencillo:

El origen de nuestra felicidad, lo que nos permite tener una vida feliz, es nuestra fuerza vital. […] Si su fuerza vital solo alcanza, por ejemplo, para resolver problemas de alcance familiar, en ese nivel se sentirán bien, pero no podrán afrontar situaciones que afecten al vecindario o la comunidad. Y aun si logran afrontar cuestiones en esos ámbitos, se sentirán impotentes si carecen de la vitalidad suficiente para abordar asuntos fundamentales como son los sufrimientos del nacimiento, el envejecimiento, la enfermedad y la muerte, o los causados por desastres naturales. Y esto los hará infelices.[38]

Toda Sensei concluía que solo si desplegamos una fuerza vital tan inmensa como la del universo podemos guardar armonía con todos sus fenómenos y avanzar con convicción en la vida.[39]

La felicidad es afrontar los problemas, las adversidades y el karma con poderosa fuerza vital y prevalecer sobre ellos, convirtiéndolos en el carburante de un mayor crecimiento, en el trampolín de nuestra revolución humana y en oportunidades para transformar el karma. Esa es la forma de disfrutar de una vida vibrante, dinámica y verdaderamente plena.

FE PARA LOGRAR LA VICTORIA ABSOLUTA

«Les pido que consideren la situación que están viviendo como un designio de los cielos»[40]… Es una frase que debemos grabar en nuestro corazón.

También en otros escritos el Daishonin nos enseña que, cuando las cosas no salen de la manera que pretendíamos, debemos considerar la situación como un «designio de los cielos»,[41] «la función de las diez demonios[42] [deidades guardianas del budismo]»[43] o el «designio del buda Shakyamuni».[44]

Cuando los negocios del señor Toda estaban al borde del colapso, él y yo consideramos que estábamos ante «un designio de los cielos» y afrontamos valientemente los duros vientos de la adversidad.

Ya que las deidades celestiales nos protegerán infaliblemente, aun cuando los resultados circunstanciales no sean los que esperábamos, a la larga venceremos y podremos recordar las luchas del pasado con gratitud, conscientes de que recibimos protección y de que todo lo ocurrido tuvo un profundo significado.

Siendo así, es importante avanzar con gran convicción, «sin albergar dudas en nuestro corazón»,[45] y seguir el consejo del Daishonin de «no dudar solo porque los cielos no nos protejan».[46] Si nos basamos resueltamente en la «fe para lograr la victoria absoluta»,[47] «manifestaremos la budeidad en forma natural».[48]

Incluso en circunstancias sumamente adversas, si entonamos Nam-myoho-renge-kyo y extraemos abundante fuerza vital, podemos crear el momento oportuno y la situación propicia. Esto, además, nos permitirá ampliar nuestro círculo de apoyo y amistad y avanzar triunfalmente.

Los seres humanos no somos esclavos de nuestro destino. Poseemos inherentemente el estado de budeidad. Y la budeidad, dotada de una fuerza y un potencial tan grandes como el universo, permite convertir los cuatro sufrimientos del nacimiento, el envejecimiento, la enfermedad y la muerte en las cuatro nobles virtudes de la eternidad, la felicidad, la verdadera identidad y la pureza.[49] Todos tenemos en nuestro interior la inconmensurable fuerza latente de los Bodisatvas de la Tierra.

EL VALIENTE JURAMENTO DE NICHIREN DAISHONIN

En La apertura de los ojos, el Daishonin declara: «Seré el pilar del Japón. Seré los ojos del Japón. Seré el gran navío del Japón. ¡Este es mi juramento y jamás lo abandonaré!».[50]

El maestro Toda decía acerca de este fragmento: «¡Sufrimiento! ¿De dónde vienes y hacia dónde vas? Levanta la mirada: ¿cuántos ciudadanos ves que se preocupen por el bienestar de su país y del pueblo? O no existe ninguno, o esta tierra está llena de gente egoísta. Preocupado por esta realidad, no puedo sino pronunciar a viva voz el gran juramento que, como un león, formuló Nichiren Daishonin».[51]

EL PILAR DE LA ESPERANZA, LOS OJOS DEL ESPÍRITU, EL GRAN NAVÍO DE LA HUMANIDAD

La Soka Gakkai, que hasta hoy no ha cesado de propagar el budismo Nichiren ampliamente, es el pilar de esperanza de la sociedad, los ojos del espíritu que iluminan el mundo, y el gran navío que eleva el estado de vida de la humanidad.

¡Demos un paso adelante hacia una nueva época donde resplandezcan las brillantes sonrisas de la gente!

¡Despleguemos las velas de la Soka y avancemos con coraje y alegría por esta ruta certera hacia la felicidad!

¡Esforcémonos jubilosamente juntos, día tras día y mes tras mes, en los «dos caminos de la práctica y el estudio»![52]

(Traducción del artículo publicado en la edición de agosto de 2022 de Daibyakurenge).


[30] ↑ Carta a Hoki y a los demás, en Gosho zenshu, nueva ed., pág. 1936. Traducción tentativa.

[31] ↑ Persecución de Atsuhara: Sucesión de amenazas y de actos de violencia perpetrados contra los seguidores del Daishonin en la aldea de Atsuhara, distrito Fuji de la provincia de Suruga (actualmente, zona central de la prefectura de Shizuoka), que comenzaron cerca de 1275 y persistieron hasta 1283, aproximadamente.

[32] ↑ Naturaleza fundamental de la iluminación (también expresada como «naturaleza del Dharma»): Naturaleza invariable, inherente a todos los fenómenos y a todas las cosas. Se identifica con la Ley fundamental, esencia de la iluminación del Buda o verdad suprema, y con la naturaleza de buda inherente a la vida.

[33] ↑ Ignorancia fundamental: También llamada oscuridad fundamental. La ilusión más hondamente arraigada en la vida, que da lugar a las otras ilusiones. Denota la incapacidad de ver o de reconocer la verdad suprema de la Ley Mística, así como las pulsiones negativas que surgen de dicha ignorancia.

[34] ↑ Rey Demonio del Sexto Cielo: Soberano de las funciones demoníacas que habita en el sexto cielo del mundo del deseo, el más alto de todos. También es llamado «El Que Goza Manipulando a Su Voluntad el Producto de las Cosas Conjuradas por Otros», nombre que describe a quien utiliza a su antojo y placer el fruto del esfuerzo ajeno. Asistido por incontables funciones subordinadas, obstruye la práctica budista y disfruta consumiendo la vitalidad de otros seres, como manifestación de la ignorancia fundamental inherente a la vida humana. Este Rey Demonio personifica la tendencia negativa a imponer la propia voluntad sobre los demás a cualquier costo.

[35] ↑ El tratamiento de la enfermedad, en END, pág. 1158.

[36] ↑ Principio derivado de una frase que aparece en el Comentario sobre «Gran concentración e introspección», de Miao-lo.

[37] ↑ Véase Las tres clases de tesoros, en END, pág. 889.

[38] ↑ TODA, Josei: Toda Josei Zenshu (Obras completas de Josei Toda), vol. 3, Tokio: Seikyo Shimbunsha, 1983, págs. 39-40.

[39] ↑ Ib., pág. 40.

[40] ↑ Carta a Hoki y a los demás, en GZ, nueva ed., pág. 1936.

[41] ↑ The Reconstruction of Hachiman Shrine (La reconstrucción del santuario a Hachiman), en WND-2, pág. 950.

[42] ↑ Diez demonios: Diez deidades protectoras que aparecen en el capítulo «Dharani» (26.°) del Sutra del loto como las «hijas de los demonios rakshasas» o como las «diez hijas de rakshasas». Juran al Buda que protegerán y cuidarán a los practicantes del sutra.

[43] ↑ Una exhortación a no mezquinar los feudos, en END, pág. 865.

[44] ↑ Ib.

[45] ↑ Véase La apertura de los ojos, en END, pág. 300.

[46] ↑ Véase ib.

[47] ↑ Una de las cinco guías eternas de la Soka Gakkai, que son: 1) fe para una familia armoniosa; 2) fe para lograr la felicidad; 3) fe para superar obstáculos; 4) fe para tener una vida larga y saludable, y 5) fe para lograr la victoria absoluta.

[48] ↑ La apertura de los ojos, en END, pág. 300.

[49] ↑ La eternidad, la felicidad, la verdadera identidad y la pureza son atributos que se conocen como las «cuatro virtudes». Representan las nobles cualidades de la vida de los budas, que se explican del siguiente modo: la «eternidad» alude a lo invariable y eterno; la «felicidad» indica una tranquilidad que trasciende todos los sufrimientos; la «verdadera identidad» denota la naturaleza intrínseca y genuina, y la «pureza» caracteriza lo que carece de ilusiones y de acciones erradas.

[50] ↑ La apertura de los ojos, en END, pág. 297.

[51] ↑ TODA, Josei: Toda Josei Zenshu (Obras completas de Josei Toda), vol. 1, Tokio: Seikyo Shimbunsha, 1981, pág. 127.

[52] ↑ El verdadero aspecto de todos los fenómenos, en END, pág. 408.

Scroll al inicio