Todos los discípulos y seguidores laicos de Nichiren deben entonar Nam-myoho-renge-kyo con la actitud de ser distintas personas, pero centradas en un mismo propósito, trascendiendo todas las diferencias que pueda haber entre ellas[4] hasta volverse inseparables como los peces y el agua en que nadan.[5] Este lazo espiritual es la base para la transmisión universal de la Ley suprema de la vida y la muerte. Aquí yace el verdadero objetivo de la propagación de Nichiren. Cuando estén unidos así, hasta el gran deseo de la propagación universal [o kosen-rufu] podrá concretarse.[6]
SAIREN-BO, DISCÍPULO DE NICHIREN DAISHONIN
El Daishonin dirigió esta carta a Sairen-bo,[7] un sacerdote que se había convertido a sus enseñanzas cuando ambos se encontraban desterrados en la isla de Sado. En esas circunstancias adversas, el discípulo tuvo oportunidad de compartir con su maestro las enormes dificultades de la vida en ese lugar. El escrito en cuestión responde a una pregunta de aquel, que quería saber el significado de la importante enseñanza budista sobre la «herencia de la Ley suprema de la vida y la muerte».
«LA HERENCIA DE LA LEY SUPREMA DE LA VIDA Y LA MUERTE» ES LA ENSEÑANZA PARA LA ILUMINACIÓN DE TODAS LAS PERSONAS
«La Ley suprema de la vida y la muerte» se refiere a la verdad más esencial y profunda sobre la naturaleza de nuestra existencia, sujeta al ciclo interminable de nacimiento y muerte.[8] Aquí, «herencia» se refiere a la esencia del budismo, que se transfiere del Buda a todas las personas a lo largo del futuro, del mismo modo en que el linaje de los progenitores se transmite a sus descendientes a través de las generaciones.
En otras palabras, la «herencia de la Ley suprema de la vida» es la transmisión de la Ley o enseñanza última que permite a todos manifestar la budeidad, y que el Buda transfiere a todos sus congéneres.
El Daishonin comienza la carta diciendo que la «herencia de la Ley suprema de la vida y la muerte» –la doctrina esencial para superar los sufrimientos del nacimiento y la muerte– es Nam-myoho-renge-kyo. Señala que los cinco caracteres de Myoho-renge-kyo[9] constituyen la Ley eterna y fundamental, y representan la enseñanza para la iluminación de todas las personas, transmitida por Shakyamuni a los Bodisatvas de la Tierra durante la magnífica Ceremonia en el Aire[10] que tiene lugar en la asamblea del Sutra del loto.
Imagino el regocijo y la asombrada reflexión de Sairen-bo al leer sobre esta verdad esencial del budismo.
EL GOHONZON DE NAM-MYOHO-RENGE-KYO
El daimoku de Nam-myoho-renge-kyo que entonamos cada día es la Ley fundamental del universo. El Gohonzon de Nam-myoho-renge-kyo al cual oramos no es otra cosa que el monumental estado de budeidad, tal como Nichiren Daishonin lo encarnó en su vida.
Cuando entonamos Nam-myoho-renge-kyo al Gohonzon, el sonido de la Ley Mística se alinea con la budeidad del universo y con la naturaleza de Buda que hay en nuestro interior, activando la sabiduría, el valor y el amor compasivo que son propios de ese estado. De tal manera, la práctica despierta en nosotros la energía para enfrentar las dificultades, potencia nuestra fuerza vital y nos infunde una convicción invencible. Nos permite ejercitar nuestro intelecto y sabiduría; nos orienta hacia el camino seguro donde tenemos a nuestro alcance los beneficios y la buena fortuna que necesitamos, y nos posiciona para avanzar hacia la victoria. El verdadero propósito de la práctica budista es elevar nuestro estado de vida.
Nichiren Daishonin reveló Nam-myoho-renge-kyo –la Ley suprema de la vida y la muerte– para que todas las personas del Último Día de la Ley[11] pudiéramos construir un estado de felicidad indestructible.
La Soka Gakkai es la única organización que está propagando con alcance universal la gran enseñanza humanística del budismo Nichiren en nuestro mundo contemporáneo. El desarrollo sin precedentes del kosen-rufu mundial se ha logrado gracias a las oraciones y al trabajo infatigable que han hecho muchos de sus padres, madres y abuelos, en unión espiritual con los primeros tres presidentes de la Soka.
¡Cuán admirable y digna de respeto es una vida dedicada a entonar Nam-myoho-renge-kyo y a promover el kosen-rufu…!
Nuestros jóvenes Bodisatvas de la Tierra están perpetuando esta noble tradición. Cada uno posee la misión de ayudar a otros para que sean personas felices. La forma en que habrán de transmitir la «herencia de la Ley suprema de la vida y la muerte» será sembrando en nuestro mundo las semillas de la felicidad y de la paz.
FE PARA MANTENER LA HERENCIA DE LA LEY
En esta carta, el Daishonin ofrece tres puntos clave de nuestra práctica budista para mantener la «herencia de la Ley suprema de la vida y la muerte».
El primero es tener la convicción de que nuestra vida es inseparable de la Ley Mística.
El segundo es mantener una fe firme y rotunda, que jamás se aparte de la Ley Mística en ninguna existencia, a lo largo de la eternidad.[12]
Y el tercero es la unión de «distintas personas con un mismo propósito».
Las palabras «Todos los discípulos y seguidores laicos de Nichiren» pueden interpretarse como una referencia a la comunidad de verdaderos maestros y discípulos, y a la organización dedicada al logro del kosen-rufu. Esto se debe a que, sin la lucha conjunta del mentor y los sucesores, no es posible transmitir correctamente la «herencia de la Ley suprema de la vida y la muerte». Por otro lado, solo una organización de «distintas personas» unidas «con un mismo propósito» e imbuidas del espíritu de maestro y discípulo puede asegurar la victoria en la contienda entre la budeidad y las funciones destructivas, y abrir rutas hacia el kosen-rufu.
LA ACTITUD CORRECTA QUE DEBEN TENER LOS DISCÍPULOS QUE TRABAJAN POR EL KOSEN-RUFU
En este pasaje que estamos estudiando, el Daishonin esclarece la postura que han de tener sus discípulos para dedicarse al kosen-rufu. Dice que deben «trascender todas las diferencias» que pueda haber entre ellos hasta ser «inseparables como los peces y el agua en que nadan». Y sobre la base de este lazo, trabajar juntos con la unión de «distintas personas centradas en un mismo propósito».
«Trascender todas las diferencias que pueda haber entre ellos» significa eliminar todo sentimiento de antagonismo y de discriminación. También puede interpretarse como el constante afán de superar la tendencia humana al egocentrismo.
«Inseparables como los peces y el agua en que nadan» significa que cuando nos respetamos como personas únicas, de infinito valor, cuando confiamos unos en otros y nos apoyamos mutuamente, podemos lograr juntos grandes cosas.
En la expresión «distintas personas con un mismo propósito», «distintas personas» quiere decir que cada sujeto posee sus propias cualidades, personalidad y circunstancias. «Mismo propósito» denota una conciencia colectiva sobre el sentido de lo que hacemos y sobre los valores que creamos. De tal modo, extrayendo lo mejor de las aptitudes y características de cada uno, nos alentamos en forma recíproca y trabajamos unidos por el objetivo común del kosen-rufu.
UNA ORGANIZACIÓN IDEAL, DE «DISTINTAS PERSONAS CON UN MISMO PROPÓSITO»
La excelente unión que cultivamos en pos del kosen-rufu, basada en el paradigma de «distintas personas con un mismo propósito», ejemplifica el ideal de la armonía colaborativa entre seres humanos. Es así porque somos un cónclave de personas diversas que trascendemos las distinciones de etnia, idioma y cultura, y nos unimos sustentados en nuestra condición como ser humano. Nos ayudamos y respetamos mutuamente, y aprendemos unos de otros. No toleramos ninguna forma de acoso o actitud discriminatoria que lesione la dignidad o el valor de nadie.
La Soka Gakkai ha construido una organización unida e ideal, de «distintas personas con un mismo propósito». Mi maestro Josei Toda también percibió que un colectivo así representaba la clave para la dicha de la humanidad.
Para algunos de ustedes, la palabra «organización» tal vez tenga un matiz restrictivo. Pero ni siquiera el estudio o la práctica de deportes pueden hacerse en forma aislada; requieren algún tipo de estructura coordinada, como la que representan las escuelas o los clubes. Las organizaciones son indispensables para la vida humana. La Soka Gakkai, como tal, existe para ayudarnos a practicar el budismo Nichiren y para lograr la felicidad.
Por otro lado, las instituciones que pierden el rumbo o el sentido de propósito pueden causar sufrimiento a la gente. Esto muestra la importancia de observar cuáles son los fines de un colectivo y de qué manera este se propone alcanzarlos.
La Soka Gakkai, como comunidad organizada de personas, valora a cada individuo y procura que todos sean felices; el propósito de su movimiento es establecer la paz mundial y el bienestar de todos, difundiendo en el mundo una filosofía de respeto a la dignidad de la vida. Esto concuerda por entero con la intención del Buda y coincide cabalmente con el deseo de Nichiren Daishonin de lograr el kosen-rufu global. En tal sentido, nuestra organización se origina en el Daishonin, el Buda del Último Día.
El presidente Toda solía decir que la Soka Gakkai, como comunidad dedicada al kosen-rufu, era más importante que su vida personal. Parte de nuestra labor es ofrecer un modelo de organización solidaria a la sociedad global.
UNA RELIGIÓN QUE UNE A LA GENTE
En esta pandemia de la COVID-19 que nos afecta a todos, mis jóvenes amigos, imagino que las restricciones que limitan su libertad de acción pueden parecerles muy frustrantes.
Pero el momento más oscuro de la noche es justo antes de que salga el sol. Como nos asegura el Daishonin, «el invierno siempre se convierte en primavera».[13] Puedo decirles con certeza que podrán superar cualquier problema o dificultad; cuanto más difícil sea el reto, más podrán crecer y desarrollar sus capacidades.
A partir de ahora y en los años próximos, cobrará cada vez mayor importancia el hecho de superar las divisiones, unir a las personas y construir redes solidarias.
El doctor Bryan Wilson (1926-2004), prestigioso sociólogo de las religiones con quien tuve el placer de dialogar extensamente dijo que la Soka Gakkai era un movimiento que fortalecía los vínculos entre personas, en momentos en que el entramado social se hallaba cada vez más debilitado y vulnerable.
Otro gran pensador con quien pude conversar en varias oportunidades fue el científico Linus Pauling (1901-1994). Él también elogió sin reservas nuestro movimiento de diálogo dirigido a alentar a la gente sobre la base del respeto a la dignidad de la vida. Más aún, dijo que el mundo era afortunado de tener un espacio como la Soka Gakkai.
En una época como la nuestra, el movimiento Soka está iluminando el mundo con una luz cada vez más intensa de esperanza y de valentía.
(Continuar leyendo la parte 3/3).
[4] ↑ La frase «trascender todas las diferencias que pueda haber entre ellos» podría traducirse, literalmente, como «sin pensar en el yo y en los otros, en esto y en aquello». Esto no debe verse como una negación de la individualidad, sino como una exhortación a superar las brechas que dividen a las personas, originadas en el egocentrismo.
[5] ↑ La frase «ser inseparables como los peces y el agua en que nadan» proviene de un conocido pasaje de un texto clásico chino, San Kuo Chih (Romance de los tres reinos). Allí se relata un episodio histórico en el cual el gobernante Liu Pei, habiendo requerido los servicios de su idóneo ministro Chuko K’ung-ming, acomete grandes empresas a la vez que da a este último la oportunidad de desplegar sus muchas capacidades.
[6] ↑ END, pág. 227.
[7] ↑ Sairen-bo: Exsacerdote de la escuela budista Tendai que, por razones desconocidas, había sido exiliado a Sado. Allí, conoció a Nichiren Daishonin y se convirtió en su discípulo.
[8] ↑ El budismo enseña que la vida experimenta un ciclo continuo de nacimiento y muerte. Sin embargo, en el Sutra del loto este ciclo no se caracteriza por la ilusión y las aflicciones, sino por un estado perdurable de felicidad.
[9] ↑ Myoho-renge-kyo se escribe con cinco ideogramas chinos, mientras que Nam-myoho-renge-kyo se escribe con siete (namu o nam se compone de dos caracteres). El Daishonin a menudo usa Myoho-renge-kyo como sinónimo de Nam-myoho-renge-kyo en sus escritos.
[10] ↑ Ceremonia en el Aire: Una de las tres asambleas que se describen en el Sutra del loto, en la cual todos los presentes se elevan y quedan suspendidos en el espacio, sobre el mundo saha. La escena se desarrolla desde el capítulo «El surgimiento de la torre de los tesoros» (11.°) hasta el capítulo «La transferencia» (22.°). En dicha ceremonia se revela que la iluminación original del Buda había tenido lugar en el remoto pasado y se transfiere el contenido esencial del sutra a los Bodisatvas de la Tierra, liderados por el bodisatva Prácticas Superiores.
[11] ↑ El Último Día de la Ley es el período en que las enseñanzas de Shakyamuni, tiempo después de su muerte, pierden su poder de beneficiar a las personas. Se caracteriza por ser una era de conflictos permanentes. Nichiren Daishonin surgió en esta época y expuso la gran enseñanza de Nam-myoho-renge-kyo que puede guiar a las personas del Último Día de la Ley hacia la dicha genuina a lo largo de la eternidad.
[12] ↑ Véase END, pág. 227.
[13] ↑ END, pág. 561.