La práctica del bodisatva Jamás Despreciar proyectada al mundo entero (3/3)


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Punto Diez, sobre las palabras «cuando las cuatro clases de creyentes de extrema arrogancia […] vieron que él [el bodisatva Jamás Despreciar] adquiría grandes poderes trascendentales y desarrollaba el poder de predicar con agradable elocuencia, así como el poder de una gran bondad y calma, y lo oyeron predicar de este modo, todos abrazaron la fe en él y voluntariamente decidieron ser sus seguidores».[16]

El Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente señala: La palabra «oyeron» se refiere al nivel en que se escucha el nombre y las palabras de la verdad, el segundo de los seis niveles de la práctica. En efecto, este pasaje se refiere al daimoku [Myoho-renge-kyo] que «se predica de manera enérgica, aunque ello los enfurezca» [como afirma el décimo volumen de Palabras y frases del «Sutra del loto» de T’ien-t’ai].

[Con respecto a la frase «todos abrazaron la fe en él y voluntariamente decidieron ser sus seguidores» (en japonés, kai shinpuku zuiju):] La palabra «todos» [kai] denota las cuatro clases de creyentes de extrema arrogancia. La palabra «fe» [shin] se refiere a la fe o creencia que no tiene dudas. La palabra «voluntariamente» [fuku o puku], que en sentido literal significa «someter», indica que uno se somete y entrega su plena fidelidad al Sutra del loto. La palabra zui, en el término compuesto zuiju –literalmente, «obedecer y seguir», que en el texto se expresa como «decidieron ser sus seguidores»– significa que la mente de uno se consagra al Sutra del loto. Y la palabra ju quiere decir que el cuerpo de uno se dedica al sutra.

Lo que esto significa, en efecto, es que hoy Nichiren y sus seguidores, los practicantes del Sutra del loto que entonan Nam-myoho-renge-kyo, son los bodisatvas Jamás Despreciar del Último Día de la Ley.[17]

ACCIONES SINCERAS QUE TRANSFORMAN A LAS PERSONAS

Esta larga cita del Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente confirma la maravillosa verdad de que cada uno de nosotros, los que actuamos por el kosen-rufu, somos bodisatvas Jamás Despreciar del Último Día de la Ley.

En este párrafo, el Daishonin comenta que las cuatro clases de creyentes arrogantes –monjes, monjas, laicos y laicas– que atacaron y persiguieron al bodisatva Jamás Despreciar finalmente creyeron en sus palabras gracias al poder del «daimoku que se predica de manera enérgica, aunque ello los enfurezca».[18]

Inmediatamente antes de la frase «cuando lo oyeron predicar de ese modo», el Sutra del loto describe la escena en que las cuatro clases de creyentes arrogantes ven al bodisatva Jamás Despreciar adquirir «grandes poderes trascendentales» y otras capacidades.[19] Aquí se pone de relieve una personalidad brillante, que deja una profunda impresión en los demás, y una elocuencia admirable que logra convencer a los otros. Cuando ven al bodisatva Jamás Despreciar desplegar estas cualidades, las personas arrogantes y que lo habían tratado con desdén se sorprenden, comprenden su error y reconocen el calibre de quien tenían delante.

El budismo existe para ser personas victoriosas. Si nos dejamos derrotar por la persecución y abandonamos nuestra práctica de no menospreciar a los demás, estamos rindiéndonos ante las funciones demoníacas de la arrogancia. Como el bodisatva Jamás Despreciar persistió en su tarea hasta el final, «todos abrazaron la fe en él y voluntariamente decidieron ser sus seguidores».[20] Este fue el triunfo de su práctica sincera y pura, consistente en creer en la naturaleza de buda de todas las personas, aun si estas lo perseguían o se burlaban de él.

Las acciones del bodisatva Jamás Despreciar, con su respeto a todos, envolvían a cada persona con la cálida luz de su bondad y amor compasivo. De esa manera fueron transformando la mente de quienes lo atacaban con enorme soberbia. Esto se debió al poder del «daimoku que se predica de manera enérgica, aunque ello los enfurezca».

CREAR UNA SOCIEDAD CIMENTADA EN EL RESPETO A TODOS

El doctor Glenn Paige (1929-2017) fue un reconocido académico de las ciencias políticas dedicado al ideal de una «sociedad donde no haya matanzas». En el encuentro que mantuve con él dialogamos sobre el espíritu y la conducta de Jamás Despreciar.

Expliqué que este bodisatva había perseverado y resistido ante la violencia física y verbal y, consciente de la naturaleza de buda de todas las personas, había mantenido el respeto a todos, ajeno a cualquier clase de menosprecio.

Observé que era fácil responder a la violencia con violencia, pero que eso no iba a poner fin al ciclo del mal. Por otro lado, soportar la violencia en silencio sin contraponer ninguna acción para detenerla no hará más que alentar su reiteración. En cambio, debemos luchar sin concesiones, con un poderoso compromiso con la no violencia, contra toda forma de agresión que lesione la dignidad humana. Esa –dije en esa ocasión– es la práctica del budismo.

Agregué que, en el corazón de quienes se consagran a esta batalla por proteger la dignidad de la vida, resuena un canto de victoria. Y opiné que forjar esta clase de activistas y crear un clima social de no violencia es la forma de construir las bases de la paz duradera.

El doctor Paige se mostró totalmente de acuerdo. Nuestro movimiento global, dedicado a la causa del bien, está recreando la práctica del bodisatva Jamás Despreciar en la época actual, mientras continuamos con nuestra lucha por la paz.

«PORQUE ALLÍ HAY PERSONAS»

Este año hemos celebrado el 45.° aniversario de la Soka Gakkai Internacional (SGI), fundada en Guam en 1975 (el 26 de enero).

En ese momento, el mundo estaba dividido en los bloques occidental y oriental, y atravesado por la tensión de la Guerra Fría. Ese día, asistí a la reunión inaugural con la férrea determinación de que superaríamos esa brecha profunda, acercaríamos a las personas y abriríamos un camino seguro hacia la unión de la humanidad.

Precisamente por eso, un año antes (en 1974) había viajado a las dos potencias comunistas, la Unión Soviética y la China, con el afán de abrir puertas a una relación de amistad.

Cuando me reclamaron por qué quería viajar a países que rechazaban la religión, contesté: «Porque allí hay personas. E iré para encontrarme con ellas».

UNA RED DE CIUDADANOS QUE ABRAZA EL MUNDO

El budismo Nichiren existe para promover el bienestar de todas las personas. Por ende, debemos actuar como lo hizo el bodisatva Jamás Despreciar, respetando a las personas y deseando que cada una de ellas brille al máximo. No estamos aquí para edificar nuestra felicidad aun a costa de la desventura de otros. Antes bien, el propósito de la Soka Gakkai es crear una época en que todos podamos vivir con genuina dignidad; abrir camino a la paz y la felicidad de cada persona, y garantizar la seguridad y la protección de nuestra comunidad global. Nuestra red Soka de ciudadanos y ciudadanas del mundo ha aparecido en escena con esta noble y prodigiosa misión.

Desde la inauguración de la SGI, ya han transcurrido cuarenta y cinco años. En este tiempo, nuestra organización –que entonces existía en 51 naciones– se ha expandido a 192 países y territorios, y las actividades de nuestros miembros del mundo salen publicadas a diario en el Seikyo Shimbun, el diario de la Soka Gakkai.

ENCARNAR EL ESPÍRITU Y LA PRÁCTICA DEL BODISATVA JAMÁS DESPRECIAR

Hoy tenemos camaradas en Ushuaia, Argentina, una de las ciudades más australes del mundo; también en Vladivostok, Rusia; en la República de Cabo Verde, sobre el océano Atlántico, y en la histórica Cracovia, en Polonia.

Han surgido Bodisatvas de la Tierra dinámicamente en la India, cuna del budismo, y en toda Asia, así como también en Europa, África, América del Norte y del Sur, y Oceanía.

En cada rincón del mundo, nuestros miembros están manteniendo animados diálogos que brindan aliento a muchas personas. Ellos atesoran a cada persona, trabajan por la felicidad propia y del prójimo, y transforman su karma en misión; hacen juntos su revolución humana mientras se esfuerzan por expandir nuestra red para la paz.

No es exagerado decir que estas historias conmovedoras simbolizan el espíritu y la práctica del bodisatva Jamás Despreciar, quien reconocía y veneraba la noble naturaleza de buda en la vida de cada persona.

¡LO QUE HAGAMOS HOY DEFINIRÁ NUESTRO FUTURO!

Cuando se fundó la SGI –lo cual fue para nosotros un nuevo impulso en nuestro viaje hacia la paz y el kosen-rufu– apelé a todos los representantes allí reunidos, a quienes me unían profundos lazos kármicos y una gran misión: «Tal vez todavía no lleguen a verlo, pero dentro de 50 o de 100 años, el significado de este día brillará mucho más intensamente. […] Lo que hagan a partir de este momento determinará el futuro de nuestro mundo».

Decidamos iniciar una nueva marcha, con determinación renovada, preguntándonos: «¿Qué puedo hacer a partir de hoy?».

Lo más importante que podemos hacer es seguir avanzando, seguir buscando el diálogo valiente con quienes nos rodean y alentándonos mutuamente como bodisatvas Jamás Despreciar de la Soka, por la felicidad y la victoria de nosotros y de los otros. Cada paso que damos abre una grandiosa ruta de esperanza hacia el porvenir.

Nuestro desafío acaba de comenzar. ¡Trabajemos mucho más aún con la misma postura del bodisatva Jamás Despreciar, para crear un siglo de respeto a la dignidad de la vida, un siglo de humanismo donde todas las personas puedan brillar!

(Traducción del artículo publicado en la edición de enero de 2020 de Daibyakurenge).


[16] ↑ SL, cap. 20, pág. 265.

[17] ↑ OTT, págs. 155.

[18] ↑ OTT, págs. 155. En el décimo volumen de Palabras y frases del «Sutra del loto», de T’ien-t’ai, se describe el acto de transmitir la enseñanza correcta de manera enérgica o tajante a quienes no desean escucharla, para ayudarlos a crear un lazo con el budismo.

[19] ↑ Véase SL, cap. 20, pág. 265.

[20] ↑ Ib.

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