Nam-myoho-renge-kyo (2/4)


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NAM-MYOHO-RENGE-KYO
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El Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente (Ongi kuden) señala: Namu o nam es una palabra sánscrita.[15] Aquí significa dedicar la vida, en concreto, a la Persona y a la Ley. Desde el punto de vista de la Persona, uno la dedica al buda Shakyamuni; desde el punto de vista de la Ley, la dedica al Sutra del loto. «Dedicación» significa consagrarnos al principio de la verdad eterna e invariable de la enseñanza teórica, y «vida» significa que nuestra existencia dedicada a ese principio se base en la sabiduría de la verdad o enseñanza esencial, que opera de acuerdo con las circunstancias cambiantes. En esencia, uno consagra su vida a Nam-myoho-renge-kyo.[16]

NAM-MYOHO-RENGE-KYO ES LA BASE DE TODO

La parte inicial del Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente se titula «Nam-myoho-renge-kyo». Esto es profundamente significativo.

Nam-myoho-renge-kyo (Myoho-renge-kyo)[17] aquí no indica meramente el título del Sutra del loto. Es su esencia. Se trata de la Ley fundamental, la Ley eterna de la vida. Esta constituye el núcleo de la iluminación del Daishonin, que a su vez es la perspectiva esencial del Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente.

DEDICAR LA VIDA A LA LEY MÍSTICA, BASAR LA VIDA EN LA LEY MÍSTICA

 El vocablo sánscrito del cual deriva nam, presente en Nam-myoho-renge-kyo, se tradujo al chino como «dedicar la vida» (en japonés, kimyo); es decir, consagrar la propia vida al Buda y sus enseñanzas, creer en ellas y practicarlas con todo nuestro ser y corazón.

En cada sociedad y cultura, los seres humanos han creído siempre en algo, se trate de una filosofía o de una religión, de la ciencia o de una ideología. El punto clave es si estos esclarecen realmente las cuestiones de la vida y la muerte. El budismo Nichiren, que bien podríamos denominar «el Sutra del loto del Último Día de la Ley», ofrece una vía muy clara para resolver esos temas fundamentales.

El profesor Toynbee investigó el budismo en profundidad en sus últimos años, en busca de tales respuestas.

Aquí, el Daishonin afirma que en el budismo hay dos objetos de dedicación: la Persona y la Ley. A continuación, analiza los caracteres chinos que forman el término de «dedicar la vida» (kimyo, en japonés). Explica que «dedicación» (ki) significa «dedicar la vida» al principio de la verdad eterna e invariable contenida en la enseñanza teórica, mientras que «vida» significa «basar la vida» en la sabiduría de la verdad contenida en la enseñanza esencial, que opera de acuerdo con las circunstancias cambiantes.[18]

En otras palabras, «dedicación» es el afán de comprender la verdad invariable e ingresar en ese mundo de la verdad. Con esa verdad como base, retornamos al mundo real y emprendemos actividades «basando nuestra vida» en la sabiduría que opera en respuesta a las circunstancias cambiantes.

Este es el significado de «dedicar la vida» a Nam-myoho-renge-kyo.

LOS PRESIDENTES FUNDADORES MAKIGUCHI Y TODA SE REFERÍAN AL REGISTRO DE LAS ENSEÑANZAS TRANSMITIDAS ORALMENTE CONSTANTEMENTE

 El maestro Makiguchi dijo: «El Sutra del loto es la verdad del universo que abarca todos los fenómenos del cielo y la tierra. Es la Ley fundamental que sirve como código de conducta para vivir nuestra existencia como seres humanos».[19] Además, señaló que su teoría del valor[20] se originó al hacer de la Ley Mística su base.[21]

En otras palabras, nos está diciendo que una forma de vida «dedicada a» y «basada en» la Ley Mística nos permite crear los valores de la belleza, el beneficio y el bien, haciéndolos florecer en la realidad de la vida cotidiana.

Además, también es posible comprender la toma de conciencia que el maestro Toda experimentó en la cárcel –de que el buda es la vida misma y de que él era un Bodisatva de la Tierra– desde la perspectiva de estas dos acciones: dedicar la vida a la Ley y basarla en ella.

En su búsqueda de la verdad suprema del budismo, Toda Sensei percibió que el Sutra del loto corporifica la Ley eterna de la vida que atraviesa el pasado, el presente y el futuro. Y porque se basó en esa Ley fundamental como Bodisatva de la Tierra, dedicó su existencia a cumplir el gran juramento del kosen-rufu para aliviar los sufrimientos de la gente.

Toda Sensei disertó sobre el Sutra del loto tomando como base el Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente. Profundamente conmovido e inspirado por una de estas conferencias, alrededor de un año después de haber iniciado mi práctica budista, escribí en mi diario [en septiembre de 1948]: «¡Cuán afortunado soy de haber conocido las doctrinas infinitamente profundas y sublimes del Sutra del loto! […] Ser un practicante de la Ley Mística… ¿Estoy obrando de un modo del que pueda enorgullecerme? ¿Estoy de verdad libre de dudas en lo más hondo de mi corazón? La fe depende de mí».

Resolví que dedicarse a la Ley Mística es el camino de vida verdadero.

En esa misma entrada de mi diario escribí: «¡Jóvenes, avancemos con infinito amor compasivo! ¡Jóvenes, arremetamos, atesorando esta gran filosofía! A mis veinte años, he encontrado el camino para vivir la juventud más noble y honorable».

Con la Ley Mística como cimiento primordial, vivamos orgullosos de estar representando una obra gloriosa sobre el escenario de nuestra misión, la epopeya de la revolución humana y de «establecer la enseñanza correcta para asegurar la paz en la tierra».

«Soka» significa «crear valor». Como camaradas Bodisatvas de la Tierra, extraigamos libremente la sabiduría basada en la Ley Mística y generemos un oleaje de felicidad y paz que permita desarrollarse con plenitud y exuberancia a un número creciente de flores humanas, hermosas y pletóricas de diversidad y matices..

(Continuar leyendo la parte 3/4).


[15] ↑ Namu, así como su variación fonética nam, deriva del sánscrito namas.

[16] ↑ OTT, pág. 3.

[17] ↑ El Daishonin a menudo usa Myoho-renge-kyo como sinónimo de Nam-myoho-renge-kyo en sus escritos.

[18] ↑ Véase OTT, pág. 3.

[19] ↑ MAKIGUCHI, op. cit., pág. 195.

[20] ↑ Tomando inspiración del sistema kantiano de valores de «verdad, bien y belleza», Tsunesaburo Makiguchi postuló su propia teoría del valor basado en los principios de «belleza, beneficio y bien».

[21] ↑ MAKIGUCHI, op. cit., pág. 244

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