Nam-myoho-renge-kyo (4/4)


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Kyo [de Nam-myoho-renge-kyo] representa las palabras y las voces de todos los seres. Un comentario [de Chang’an][31] afirma: «La voz lleva a cabo la tarea del Buda, y esto se llama kyo o sutra».[32]

«LAS PALABRAS Y LAS VOCES DE TODOS LOS SERES»

En este pasaje del Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente, el Daishonin dice que «las palabras y las voces de todos los seres» son el sutra o kyo de Myoho-renge-kyo. Aquí, las «palabras» y «voces» no se limitan a las que profieren las personas, sino que abarca las palabras y las voces de todos los seres vivientes. Todos ellos son funciones y expresiones de la Ley Mística.

«La voz lleva a cabo la tarea del Buda»,[33] cita el Daishonin. Dicho de otro modo, la voz guía a los seres vivos hacia el logro de la budeidad. Nuestras palabras y voces salvan a las personas del sufrimiento y las orientan hacia la felicidad.

Cuando el maestro Toda concluyó su ciclo de disertaciones sobre el Sutra del loto, llevó a cabo una ceremonia de clausura con los participantes. En ella, declaró: «¡Lograré el kosen-rufu!». Su voz sigue resonando en mi corazón aún hoy.

También nos instó: «Que los cobardes se vayan. Y los que sigan, ¡que lo hagan con coraje!». En respuesta a su rugido de león, juré que continuaría la lucha con un compromiso incondicional: «Soy seguidor de Nichiren Daishonin. Soy discípulo de Josei Toda».

Las enérgicas palabras de Toda Sensei surgían de su honda determinación interior. Su voz llevó a cabo la tarea del Buda: nos permitió a cada uno de nosotros –jóvenes mujeres y hombres comunes– conducir vidas de misión y triunfo como Bodisatvas de la Tierra.

Nuestras voces tienen poder. Nuestras voces reflejan nuestro estado de vida. Nuestras voces abren el camino hacia el kosen-rufu. Nuestras voces cumplen la noble labor del buda, ayudando a otros a cortar las cadenas del karma y construir su felicidad.

EL SONIDO DEL DAIMOKU PUEDE CAMBIAR EL MUNDO

«La voz lleva a cabo la tarea del Buda»[34] también significa que al entonar Nam-myoho-renge-kyo nuestras voces despiertan y activan el estado de budeidad en nosotros y en otras personas.

Recuerdo una conversación que mantuve con el astrónomo brasileño Ronaldo Mourão, en la cual me dijo que en el sonido y el ritmo de Nam-myoho-renge-kyo sentía la energía creativa fundamental del universo.[35]

El poder que tienen las voces que entonan Nam-myoho-renge-kyo es enorme.

El Daishonin enseña: «Nam-myoho-renge-kyo es como el rugido de un león. Por lo tanto, ¿qué enfermedad puede ser un obstáculo?».[36] El daimoku tiene el poder esencial de derrotar y alejar las funciones demoníacas de la enfermedad. Aun cuando solo recitemos daimoku en silencio, interiormente, las reverberaciones de nuestra naturaleza de buda, elevándose desde lo profundo de nuestro ser, lograrán superar esas funciones negativas.

El Daishonin también declara: «No hay lugar en los mundos de las diez direcciones al que no llegue el sonido de nuestras voces cuando entonan el daimoku [Nam-myoho-renge-kyo]».[37] Las personas que recitan Nam-myoho-renge-kyo activan las fuerzas protectoras de los budas y bodisatvas de las diez direcciones y las tres existencias.

El Daishonin expresa, asimismo: «Ahora, cuando Nichiren y sus seguidores llevan a cabo ceremonias por los difuntos recitando el Sutra del loto y entonando Nam-myoho-renge-kyo, el rayo de luz del daimoku atraviesa las distancias hasta el infierno del sufrimiento incesante y les hace posible manifestar la budeidad allí y en ese mismo momento».[38] El daimoku que entonamos por la eterna felicidad de los fallecidos tiene el poder de iluminar sus existencias, trascendiendo las fronteras entre la vida y la muerte.

Tal como deseaba el Daishonin, han surgido Bodisatvas de la Tierra en el mundo entero. Hoy, con la expansión nuestra red de esperanza y felicidad, el sonido de nuestras voces que entonan Nam-myoho-renge-kyo reverbera a lo largo y ancho del planeta.

CADA PERSONA ES UNA TORRE DE TESOROS DESLUMBRANTE

El Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente explica que nosotros, las personas comunes, somos budas. Nos dice que, puesto que corporeizamos el principio de la «posesión mutua de los diez estados», en cada uno de nosotros existe el estado de budeidad, digno del máximo respeto. Esta enseñanza es una fuente inagotable de valentía y revitalización.

Cada individuo es una resplandeciente torre de tesoros, capaz de trascender los sufrimientos del nacimiento, el envejecimiento, la enfermedad y la muerte, y de construir una vida victoriosa, imbuida de las nobles virtudes de la eternidad, la felicidad, la verdadera identidad y la pureza.[39]

¡Hagamos que resuene en todo el mundo un canto triunfal a la vida, mientras estudiamos el Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente e impartimos a nuestros amigos la «mayor de todas las alegrías»[40] –la alegría de saber que nuestra vida es Nam-myoho-renge-kyo– de hoy hacia el futuro!

(Traducción del artículo publicado en la edición de noviembre de 2022 de Daibyakurenge).


[31] ↑ Chang’an (561-632), discípulo de T’ien-t’ai. La cita pertenece al comentario que acompaña Profundo significado del «Sutra del loto», registro de las disertaciones de T’ien-t’ai sobre el sutra, anotadas y recopiladas por Chang’an.

[32] ↑ OTT, pág. 4.

[33] ↑ Ib.

[34] ↑ Ib.

[35] ↑ DE FREITAS MOURÃO, Ronaldo Rogério y Daisaku IKEDA: Astronomia e Budismo: Uma jornada rumo ao distante Universo (Astronomía y budismo: Un viaje al distante universo), São Paulo: Editora Brasil Seikyo, 2009, pág. 117.

[36] ↑ Respuesta a Kyo’o, en END, pág. 433.

[37] ↑ GZ, nueva ed. jap., pág. 1121. Del «Oko Kikigaki» (Disertaciones registradas), no incluido en END ni en WND-2.

[38] ↑ OTT, pág. 17.

[39] ↑ La eternidad, la felicidad, la verdadera identidad y la pureza representan las «cuatro virtudes» o «cuatro paramitas». Describen las nobles cualidades de la vida de los budas. La palabra paramita significa «perfección» o «perfeccionamiento». «Eternidad» significa lo inmutable y perpetuo. «Felicidad» es la calma resultante de trascender todos los sufrimientos. «Verdadera identidad» es nuestra naturaleza genuina e intrínseca. Y la «pureza» resulta de librarse de las ilusiones y los comportamientos errados.

[40] ↑ OTT, pág. 212.

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