«Venzamos el demonio de la enfermedad con el rugido de Nam-myoho-renge-kyo»
Iniciamos la publicación de una nueva serie de disertaciones de Daisaku Ikeda sobre la salud, perteneciente a la más amplia serie Iluminando el mundo con el budismo del sol: Hacia el siglo de la salud: Sabiduría para tener una larga vida de buena fortuna y de beneficios
¿Cómo sería el siglo XXI? Es lo que nos preguntamos con el célebre químico y Premio Nobel de la Paz Linus Pauling (1901-1994) durante nuestro diálogo. En esa oportunidad, mencioné que sería el siglo de la vida. Por su parte, me respondió: «Supongo que cuando usted dice “siglo de la vida”, se refiere a un siglo en que se preste más atención a los seres humanos, a su salud y felicidad. […] En tal sentido, coincido con usted en que se acerca el “siglo de la vida”».[1]
LA SALUD COMO EJE PRIMORDIAL DE LOS DERECHOS HUMANOS FUNDAMENTALES
Todos merecemos vivir en una sociedad pacífica, en condiciones de salud y de felicidad. Todos, incluidos quienes tienen alguna dolencia o discapacidad, merecemos vivir con dignidad, libres de ansiedades y de la angustia de la enfermedad. Todos merecemos vivir sin sentirnos amenazados por ambientes nocivos, el hambre o las enfermedades infecciosas. En el mundo actual, a la par de la paz, la salud es un componente esencial de los derechos humanos fundamentales, y se ha convertido en una cuestión que compete directamente a la dignidad humana.
En tal sentido, uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas es «la buena salud y el bienestar» de todas las personas.
Estoy profundamente decidido a asegurar que el siglo XXI sea un siglo de la vida y también de la salud, en que cada persona pueda resplandecer y vivir erguida como una noble «torre de los tesoros» de la vida.
AYUDAR A QUIENES MÁS SUFREN
Desde los primeros días de nuestro movimiento, la Soka Gakkai siempre ha puesto en el centro de interés el problema humano primordial de la enfermedad. Desde luego, la ciencia médica sigue avanzando a pasos agigantados investigando los síntomas y tratamientos de numerosas patologías. Es natural, por lo tanto, que respetemos el conocimiento médico y lo aprovechemos en bien de nuestra salud. No existe ninguna contradicción entre las ciencias médicas y el budismo Nichiren.
Cuando la Soka Gakkai luchaba por iluminar la sociedad japonesa de posguerra con una luz de esperanza y de revitalización, muchos se burlaban de nuestro movimiento diciendo que era «una agrupación de pobres y enfermos». Pero mi maestro Josei Toda, el segundo presidente de la Soka Gakkai, respondía con orgullo: «¿Y cuál es el problema de que en nuestra organización haya pobres y enfermos? ¿Acaso una religión realmente válida no ayuda a las personas que más sufren?».
Cualquier persona con un mínimo de conciencia reconocerá que menospreciar a alguien por su pobreza o porque sufre una enfermedad es una conducta humana vergonzosa y un insulto a los derechos humanos. Pero, lamentablemente, muchos en aquel momento no tuvieron reparos en actuar así.
UNA RELIGIÓN GENUINA DEBE INFUNDIR VALENTÍA Y FORTALEZA
El padecimiento de la enfermedad no se limita a los síntomas físicos, sino que puede incluso despojar a las personas de su esperanza de vivir, destruir sus medios de subsistencia y su sentido del bienestar, además de poner todo su futuro en suspenso.
Una auténtica «religión para el pueblo» lucha frontalmente contra esta energía negativa, que el budismo denomina «demonio de la enfermedad», y brinda a las personas valor y fortaleza para seguir adelante con su vida a la vez que restaura su dignidad humana.
Los miembros de la Soka Gakkai, teniendo como objetivo primordial la felicidad de todas las personas, hemos venido avanzando siempre junto a quienes sufren en los márgenes de la sociedad, alentándonos mutuamente en la pugna contra los reveses de la existencia y celebrando juntos cada victoria. Esta historia es el orgullo de los practicantes de la Soka, que han marchado adelante con el juramento de estar siempre del lado de la gente.
SUPERAR LAS AFLICCIONES DEL NACIMIENTO, EL ENVEJECIMIENTO, LA ENFERMEDAD Y LA MUERTE
El budismo confronta sin rodeos aspectos ineludibles de la vida como el envejecimiento, la enfermedad y la muerte, y busca resolver el sufrimiento que generan.
Todos queremos tener una vida larga, sana y colmada de felicidad. Por esa razón, las sagaces perspectivas de esta filosofía sobre la vida pueden ofrecer a la humanidad el brillo de una esperanza mucho mayor aún.
En las próximas entregas, quisiera citar importantes pasajes de los escritos de Nichiren Daishonin basado en la consigna «Hacia el siglo de la salud: Sabiduría para tener una larga vida de buena fortuna y beneficios»; para ello, comenzaré por una conocida frase de El buen remedio para todos los males.
(Continuar leyendo la parte 2/3).
[1] ↑ PAULING, Linus e IKEDA, Daisaku: En busca de la paz, Buenos Aires: Emecé, 1995, pág. 90.