Sobre la Torre de los Tesoros (2/3)


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Hoy, los discípulos y seguidores laicos de Nichiren están haciendo lo mismo [es decir, percibir la Torre de los Tesoros en su propia vida]. En el Último Día de la Ley, no existe otra Torre de los Tesoros más que la figura de los hombres y mujeres que abrazan el Sutra del loto. Por lo tanto, se deduce que todos los que recitan Nam-myoho-renge-kyo, sean humildes o ilustres, nobles o plebeyos, son en sí mismos la Torre de los Tesoros y, de igual manera, son en sí mismos Muchos Tesoros El Que Así Llega.[1] No existe otra Torre de los Tesoros más que Myoho-renge-kyo;[2] el daimoku del Sutra del loto es la Torre de los Tesoros, y la Torre de los Tesoros es Nam-myoho-renge-kyo.[3]

«¡EXCELENTE! ¡TODO LO QUE HAS EXPUESTO ES LA VERDAD!»

Abutsu-bo, el destinatario de esta carta, y su esposa, la monja laica Sennichi, eran destacados referentes de los discípulos del Daishonin en la isla de Sado. En este texto, el Daishonin explica el significado de la Torre de los Tesoros que aparece en el Sutra del loto.

El presidente fundador de la Soka Gakkai Tsunesaburo Makiguchi consideraba que este pasaje era muy importante y lo había subrayado en su ejemplar personal del Gosho.

Comencemos por repasar, brevemente, lo que expone el capítulo undécimo del Sutra del loto, «El surgimiento de la Torre de los Tesoros», donde se describe en detalle dicha torre.

Mientras Shakyamuni está predicando el sutra a una multitudinaria congregación de discípulos, una enorme torre adornada con tesoros de siete clases surge de pronto de la tierra, se eleva y queda suspendida en el aire.

Desde el interior se oye la voz estruendosa del buda Muchos Tesoros, que afirma la veracidad de la enseñanza expuesta por Shakyamuni: «¡Qué excelente, qué excelente! […] . ¡Shakyamuni, Honrado por el Mundo, todo lo que has expuesto es la verdad!».[4]

En ese momento, budas procedentes de todo el universo llegan al sitio de la prédica. Shakyamuni abre la puerta de la torre, entra en ella y se sienta al lado del buda Muchos Tesoros. Entonces, toda la asamblea se eleva en el aire.

Así comienza lo que se conoce como Ceremonia en el Aire.[5]

VER LA TORRE DE LOS TESOROS EN NOSOTROS MISMOS Y EN LOS DEMÁS

Abutsu-bo había escrito al Daishonin preguntando por el significado del surgimiento de la Torre de los Tesoros en el Sutra del loto. En esta carta, él responde que la torre posee una gran importancia y que corporifica varias enseñanzas profundas. Luego, señala: «En esencia, la aparición de la Torre de los Tesoros indica que los tres grupos de discípulos que escuchaban la voz[6] pudieron percibir por primera vez la Torre de los Tesoros en su propia vida cuando oyeron el Sutra del loto».[7]

La clave está en entender que «la Torre de los Tesoros existe en la propia vida». En otras palabras –explica el Daishonin– estos discípulos comprenden que esa gran torre que había aparecido físicamente ante ellos era, en realidad, una torre de tesoros que se estaba manifestando en sus propias vidas.[8]

El Daishonin prosigue: «Hoy, los discípulos y seguidores laicos de Nichiren están haciendo lo mismo»; con ello indica la importancia vital de que sus discípulos también perciban dicha torre en su interior.

En suma, debemos entender que la Torre de los Tesoros –el estado de vida supremo de la budeidad, vasto como el universo– es inherente a nuestro ser. Esta es la verdadera trascendencia del surgimiento de la Torre de los Tesoros. También conlleva reconocerla en la vida de los demás.

Hacerlo es comprender que, en el nivel más profundo, todas las personas poseen en su interior una brillante torre de tesoros, y que, por tal razón, son intrínseca e igualmente dignas de respeto. Reconocer esta gran verdad es la esencia del Sutra del loto. El anhelo más ferviente del Buda es que surjan personas esclarecidas con respecto a su dignidad y a la de los semejantes.

Y Abutsu-bo había hecho una pregunta de enorme importancia, que apuntaba de manera directa a esa verdad esencial.

NO HAY NINGUNA TORRE DE LOS TESOROS FUERA DE LAS PERSONAS REALES

El Daishonin continúa diciendo: «En el Último Día de la Ley, no existe otra Torre de los Tesoros más que la figura de los hombres y mujeres que abrazan el Sutra del loto». Aquí, «figura» se refiere a las personas, tal como son. La Torre de los Tesoros no existe separadamente de la gente real. Revelar nuestra torre interior no significa convertirnos en personas especiales o extraordinarias. «Lograr», en la expresión «lograr la budeidad», es «abrir o revelar»,[9] dice el Daishonin. Abrimos o revelamos el estado de budeidad que ya poseemos de manera innata.

Es notable que destaque «sean humildes o ilustres, nobles o plebeyos». La fama, la posición social y la riqueza no importan. El budismo es la suprema filosofía de respeto a los seres humanos, que enseña que todas las personas son igualmente nobles y preciosas.

LOS QUE EXPERIMENTAN GRANDES SUFRIMIENTOS POSEEN UNA GRAN MISIÓN

El Daishonin señala entonces: «No existe otra Torre de los Tesoros más que Myoho-renge-kyo; el daimoku del Sutra del loto es la Torre de los Tesoros, y la Torre de los Tesoros es Nam-myoho-renge-kyo».

La Torre de los Tesoros es Nam-myoho-renge-kyo. Cuando entonamos Nam-myoho-renge-kyo sinceramente, podemos dar a esa torre interior el brillo más radiante.

Jamás deberíamos lamentarnos de nuestras circunstancias o sentirnos indignos en comparación con los demás. De hecho, cuando más difícil se torna la situación, más seria y fervorosamente podemos entonar Nam-myoho-renge-kyo.

Quienes recitan daimoku constantemente llegan a establecer una felicidad insuperable y a impartir esperanza e inspiración a muchos otros. Y no solo ocurre que quienes más sufren llegan a ser las personas más felices, sino también las más valientes y las que más ayudan a otras a buscar la felicidad. Si hoy están sufriendo o pasando por dificultades, esto demuestra que poseen una gran misión.

Cada uno de ustedes ha nacido con una misión importante que nadie más puede cumplir. A medida que avancen firmemente en ese cometido, espero que aprovechen al máximo sus capacidades y talento únicas, brillando como esa Torre de los Tesoros que son. Con esa oración, nuestros camaradas veteranos –incluidos muchos de sus padres y madres– están dando lo mejor para crear un ambiente en que ustedes puedan resplandecer así.

(Continuar leyendo la parte 3/3).


[1]Muchos Tesoros: Buda del pasado, mencionado en el capítulo «El surgimiento de la Torre de los Tesoros» (11.°) del Sutra del loto, proveniente de una tierra situada al este y llamada Pureza de los Tesoros. Jura presentarse con su Torre de los Tesoros para testimoniar la validez del Sutra del loto.

[2]Myoho-renge-kyo se escribe con cinco ideogramas chinos, mientras que Nam-myoho-renge-kyo se escribe con siete (namu o nam se compone de dos caracteres). El Daishonin a menudo usa Myoho-renge-kyo como sinónimo de Nam-myoho-renge-kyo en sus escritos.

[3]Sobre la Torre de los Tesoros, en END, pág. 317.

[4]SL, cap. 11, pág. 169.

[5]Ceremonia en el Aire: Una de las tres asambleas descritas en el Sutra del loto, en la cual la entera congregación de personas queda suspendida en el espacio sobre el mundo saha. Va desde el capítulo 11.o, «El surgimiento de la Torre de los Tesoros», hasta el 22.o, «La transferencia». El corazón de esta ceremonia es la revelación de la iluminación original del Buda en el remoto pasado y la transmisión de la esencia del sutra a los Bodisatvas de la Tierra, guiados por el bodisatva Prácticas Superiores

[6]Tres grupos de discípulos que escuchan la voz: Referencia a los discípulos que escuchan la voz a quienes Shakyamuni, en el transcurso de la prédica del Sutra del loto, reveló que lograrían la iluminación cuando llegaran a entender la verdad de las enseñanzas del Buda a través de tres ciclos de prédica. Esos tres ciclos se predican mediante la doctrina, las parábolas y el esclarecimiento de la relación de los discípulos con Shakyamuni desde el pasado.

[7]Sobre la Torre de los Tesoros, en END, pág. 317.

[8]Véase, OTT, pág. 299.

[9]OTT, pág. 126.

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