El espíritu fundamental de los maestros y discípulos de la Soka (1/3)


Cumplir el gran juramento del kosen-rufu

Publicamos la quinta y última entrega de esta serie de disertaciones de Daisaku Ikeda perteneciente a la más amplia serie Iluminando el mundo con el budismo del solCrear un siglo de humanismo en que todos puedan brillar.

El cielo tormentoso de la noche anterior se había despejado y un fabuloso arcoíris atravesaba el cielo azul de mayo. Era como si las deidades celestiales quisieran celebrar el inicio de este nuevo capítulo de nuestra marcha por el kosen-rufu.

Ese día, antes de salir de casa, escribí un poema:

«¡No te dejes vencer…!»
«¡Ponte al frente y lidera sin dudar…!».
La voz de mi maestro
sigue resonando potente
en lo más hondo de mi corazón.

Ese 3 de mayo de 1960, asumí la tercera presidencia de la Soka Gakkai en el encuentro general de primavera que se celebró en el Auditorio de la Universidad Nihon. Nueve años antes, mi mentor Josei Toda me había precedido aceptando el mismo nombramiento, como segundo presidente de la organización.

«ABANDONAR LO TRANSITORIO Y REVELAR LO VERDADERO»

Al mediodía, caminé desde el fondo del salón hacia el escenario mientras los compañeros cantaban y aplaudían al ritmo de una canción de Gakkai. La energía de todos estremecía el techo de acero del recinto. Mis ojos se posaron en el gran retrato de mi mentor que pendía en lo alto.

Sentía como si su voz me urgiera: «¡Cumple el gran juramento del kosen-rufu! ¡Ponte al frente y lidera sin dudar…! «¡No seas vencido…!».

Poco después de haber asumido la segunda presidencia, el señor Toda declaró que la Soka Gakkai había «abandonado lo transitorio para revelar lo verdadero». En esa proclama, estaba afirmando que la conciencia de ser Bodisatvas de la Tierra,[1] dedicados a ese juramento de lograr el kosen-rufu al lado de su mentor, se había diseminado entre todos los miembros y los había incentivado a ponerse en marcha con fuerza.[2]

PONERNOS DE PIE A CUMPLIR LA MISIÓN DE LOS BODISATVAS DE LA TIERRA

El señor Toda nos encomendó la noble labor de los Bodisatvas de la Tierra y el grandioso juramento de hacer realidad el kosen-rufu. En los poco más de diez años que pasé a su lado, aprendí y grabé profundamente en mi vida el valor, la sabiduría, la fe y las acciones que necesitaría para impulsar ese ideal.

Fueron días de lucha implacable. En medio de una batalla especialmente intensa y difícil que libramos juntos como maestro y discípulo, me dijo:

–¡Debes vivir, vivir al máximo! ¡Te daré mi vida para que puedas lograrlo!

El entrenamiento que recibí de mi mentor ha sido el cimiento de todo lo que haría en mi existencia desde entonces hasta el momento actual. Mi gratitud no tiene límite.

ASUMIR EL LIDERAZGO Y AVANZAR OTRO PASO ADELANTE

Ese 3 de mayo, el día que asumí la presidencia de la Soka Gakkai, de pie ante el atril, como fiel discípulo del señor Toda dije: «Aunque soy joven, desde hoy asumiré el liderazgo como representante de los discípulos del presidente Toda y avanzaré con ustedes otro paso hacia la concreción sustancial del kosen-rufu».[3]

Yo tenía 32 años. Esa primera vez que me dirigí a los miembros como presidente, lo que había en mi pecho era la determinación de entregarme sin reservas a una lucha altruista por el kosen-rufu. Sabía que, desde la perspectiva de los escritos del Daishonin, la tarea de propagar la Ley Mística en esta época de depravación y de penumbra sin falta se vería sujeta a enormes dificultades. Porque la Soka Gakkai es la comunidad armoniosa de practicantes dedicados a lograr el kosen-rufu de acuerdo con el propósito del Buda, debemos seguir recorriendo con orgullo el camino establecido por Nichiren Daishonin, la ruta de la dedicación solidaria a propagar la Ley perseverando en medio de las dificultades para poder hacerlo.

En La apertura de los ojos, el Daishonin escribe: «Declararé lo siguiente: que las deidades me abandonen; que todas las persecuciones se abatan sobre mí. Así y todo, daré mi vida por la Ley».[4] He adoptado estas palabras como juramento personal, atesorándolas en mi corazón desde el día que decidí «mi lucha de por vida para propagar la Ley, trascendiendo la vida y la muerte».[5]

(Continuar leyendo la parte 2/3).


[1]Bodisatvas de la Tierra: innumerables bodisatvas que aparecen en el capítulo «Surgir de la tierra» (15.°) del Sutra del loto, a quienes Shakyamuni confía la tarea de propagar la Ley después de su muerte. En el capítulo «Poderes sobrenaturales» (21.o), ellos juran difundir la enseñanza del Buda en el mundo saha, y en la época perversa correspondiente al Último Día de la Ley, liderados por el bodisatva Prácticas Superiores.

[2]TODA, Josei: «Soka Gakkai no Rekishi to Kakushin» (Historia y convicción de la Soka Gakkai), en Toda Josei Zenshu (Obras completas de Josei Toda), Tokio: Seikyo Shimbunsha, 1983, vol. 4, págs. 119-20.

[3]Concreción sustancial del kosen-rufu: Término que denota la propagación en el ámbito de la sociedad de la enseñanza de Nam-myoho-renge-kyo de las tres grandes leyes secretas, expuesta por Nichiren Daishonin. En otras palabras, significa establecer la dicha, la paz y la seguridad en el mundo real, basado en la Ley Mística, a través de cada individuo que lleva a cabo su misión personal como Bodisatva de la Tierra.

[4]END, págs. 296-297.

[5]IKEDA, Daisaku: A Youthful Diary: One Man’s Journey from the Beginning of Faith to Worldwide Leadership for Peace (Un diario juvenil: La travesía de un hombre desde los albores de la fe hasta el liderazgo de la paz mundial), Santa Monica, California: World Tribune Press, 2000, pág. 502.

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