En este número…


N.º 228 · Abril 2024


A los 32 años, [tras un largo período de estudio de los sutras y las diversas escuelas budistas, que lo llevó a recorrer los principales centros de estudio del budismo de Japón, Nichiren] retornó al Seicho-ji, donde, el 28 de abril de 1253, anunció en un discurso las conclusiones de sus estudios. En él proclamó que la esencia de la iluminación de Shakyamuni se encontraba en el Sutra del loto, enseñanza que contenía implícita la Ley Mística o verdad con respecto a la cual se había esclarecido. Nichiren la definió como «Nam-myoho-renge-kyo» y, con esa declaración, […] puso al alcance de todas las personas la realidad suprema revelada en el Sutra del loto.[1]

Cada mes de abril, de una manera u otra, el aniversario de ese acontecimiento nos mueve a abordar en esta revista la trascendencia del «poner al alcance de todas las personas la realidad suprema revelada en el Sutra del loto».

Desde la óptica del budismo Nichiren, podemos afirmar que representa un acto fundacional. Se considera que el Daishonin estableció su enseñanza no cuando experimentó el esclarecimiento con respecto a la Ley Mística que también menciona la cita, sino cuando lo expresó públicamente. También el relato de la iluminación de Shakyamuni, Siddhartha Gautama, comprende el episodio decisivo que se conoce como «la exhortación de Brahma»: cuando el Buda estaba considerando la idea de entrar en el nirvana y, así, entregarse a la paz y el sosiego de su iluminación, dicha deidad le hizo saber que, si lo hacía, el mundo sería destruido; entonces, Shakyamuni decidió predicar la Ley, lo cual determinó el nacimiento histórico del budismo. Sobre esta base, podemos comprender que se designara como fecha fundacional de la Soka Gakkai la de la publicación de un libro sobre la pedagogía de la creación de valor,[2] y que en este mismo mes de abril rememoremos –además de aquel 28 de abril– la publicación (el 20 de abril de 1951) de la primera edición del Seikyo Shimbun, periódico de la Soka Gakkai, heredero contemporáneo del espíritu de todos estos esfuerzos por comunicar, transmitir, compartir la visión budista de la vida, poniéndola al alcance de todas las personas.

Este es el tema central de este número de Civilización Global. Lo abre, en la sección «Especial», un artículo firmado por un comunicador, seguido de un reportaje sobre un evento extraordinario celebrado en un parlamento (que, de acuerdo con su significado original, es un lugar donde se conversa). La experiencia recogida en «Mi historia» es la de alguien que ha experimentado el poder transformador de la lectura de esta revista, hermana del Seikyo Shimbun. Y ese poder transformador motiva la campaña que se presenta después, tras haberse adelantado una imagen en portada. «Este mes», «Para dialogar», «Nueva revolución humana» y «Jóvenes 2030» profundizan en la cuestión desde diversos ángulos complementarios. La sección «Estudio» recoge una nueva entrega de una serie centrada en «las enseñanzas transmitidas oralmente». «En sociedad» lleva el sugerente título «La revolución humana y la comunicación contemporánea». Y, por último, «Actualidad», con una visión global, informa sobre diferentes actividades en cuya base se encuentra, sin excepción, el compromiso de compartir.

Terminamos con una propuesta extraída de uno de esos artículos: «¡Desafiémonos a L.E.E.R.!».


[1] ↑ Fragmento extraído de la página dedicada a Nichiren Daishonin en el sitio web global de la Soka Gakkai (adaptado).

[2] ↑ El Día de la Fundación de la Soka Gakkai, el 18 de noviembre, conmemora el aniversario de la publicación del Sistema pedagógico de la creación de valor, obra de Tsunesaburo Makiguchi editada por su discípulo Josei Toda en 1930.

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