Daisaku Ikeda envió el siguiente mensaje a la 6.ª reunión de la sede central para responsables de la Soka Gakkai hacia el centenario en 2030, con la que se festejó el inicio del «Año de los jóvenes y del avance dinámico». La actividad se realizó en el Auditorio en Memoria de Josei Toda en Sugamo, Tokio, el 8 de enero pasado.
¡Nuestra familia Soka en todo Japón y el mundo ha iniciado el nuevo año con espíritu enérgico y exuberante! Con los jóvenes Bodisatvas de la Tierra en la vanguardia, nuestros miembros han dado los primeros pasos de un avance dinámico en el movimiento Soka para el «kosen-rufu mediante la propagación benevolente de la gran Ley»,[1] por la paz y la felicidad de todo el género humano.
Estoy seguro de que Nichiren Daishonin, el Buda del Último Día de la Ley, estará aplaudiéndolos y elogiándolos a todos, en este 770.° histórico aniversario del establecimiento de su enseñanza.[2]
Quisiera compartir unas palabras de aliento que el Daishonin envió a Nanjo Tokimitsu, su joven discípulo, a comienzos del nuevo año en 1280: «Tal como las flores se abren y dan frutos, tal como la luna nueva crece invariablemente hasta alcanzar el plenilunio, como la luz de una lámpara cobra intensidad cuando se le agrega aceite, y como las plantas y los árboles florecen con la lluvia, así, del mismo modo, los seres humanos siempre prosperan cuando llevan a cabo buenas acciones».[3]
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¡Felicitaciones, también, a todos los jóvenes amigos que celebrarán el Día de la Mayoría de Edad en Japón![4]
En estos momentos, me encuentro escribiendo mi 40.° propuesta de paz para el Día de la SGI, 26 de enero, focalizada especialmente en los jóvenes, las mujeres y en el futuro de nuestros niños y niñas. También me referiré al pronóstico de las Naciones Unidas de que nuestro planeta será hogar de unos 10.900 millones de personas a finales de este siglo.[5]
En La apertura de los ojos, el Daishonin esclarece el gran juramento de todos los budas, que es «asegurar la propagación futura del Sutra del loto [Nam-myoho-renge-kyo] para que esté al alcance de todos los hijos del Buda a lo largo de los tiempos por venir».[6] Nosotros, los maestros y discípulos de la Soka, hemos abrazado como propio este compromiso.
Ustedes, mis jóvenes amigos de los departamentos de Jóvenes y Futuro, corren a la vanguardia de la interminable carrera de relevos del kosen-rufu, comprometidos con la justicia y los valores humanísticos. Llevarán adelante y entregarán el testigo de la labor por «establecer la enseñanza correcta para asegurar la paz en la tierra», a fin de «cerciorarse de que la Ley perdure largo tiempo».[7] ¡Espero que se enorgullezcan de su noble misión y que avancen con confianza y un espíritu invencible!
Además, nuestros compañeros fallecidos y todas las personas a quienes hemos ayudado a establecer un vínculo con el budismo emergerán como una marea creciente, irradiando la gran vitalidad de los Bodisatvas de la Tierra, para sumarse a nuestro movimiento y contribuir a la paz y la armonía globales en bien de todos. Esta es mi convicción inquebrantable, basada en la perspectiva budista de la eternidad de la vida y en la enseñanza del Daishonin de que «Myo [de myoho, la Ley Mística] significa revivir».[8]
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El eminente historiador británico Arnold J. Toynbee (1889-1975), con quien hace cinco décadas entablé un diálogo (iniciado en mayo de 1972), también centró su atención en el siglo XXI. Con grandes esperanzas en nuestro movimiento, dijo que el Camino Medio practicado por la Soka Gakkai era la senda que necesitaba recorrer la humanidad en el siglo XXI.
Hay un pasaje de oro que los dos presidentes Makiguchi y Toda subrayaron en sus ejemplares personales de los escritos del Daishonin. Pertenece a La forma de lograr la budeidad mediante el «Sutra del loto» para aquellos que aspiran al Camino por primera vez. Dirigiéndose a la monja laica Myoho, el Daishonin escribe: «Por lo tanto, cuando entonamos una vez Myoho-renge-kyo,[9] con ese solo sonido suscitamos y manifestamos la naturaleza de buda de todos los budas […] y de todos los demás seres vivos. Este beneficio es infinito e incalculable».[10]
La Ley Mística posee el poder inescrutable de activar la naturaleza de Buda en todos los seres y en todos los fenómenos del universo pasados, presentes y futuros.
Durante la Campaña de Febrero[11] de 1952, hace setenta años, luché de todo corazón junto a mis compañeros del distrito general Kamata para dar a conocer el budismo Nichiren a más personas, como muestra de agradecimiento [al Daishonin y al maestro Toda, ambos nacidos en el mes de febrero]. A menudo alzaba la vista hacia el frío cielo nocturno para contemplar las brillantes estrellas sobre mí. Consciente de ser parte del vasto universo, hablaba con mis camaradas de fe –amigos a quienes me unía un juramento desde el lejano pasado– sobre la gran aventura de dedicar nuestras vidas a difundir la Ley Mística, que nos permite experimentar «la mayor de todas las alegrías».[12]
También durante esa Campaña de Febrero, deleitado por nuestros valientes esfuerzos, Toda Sensei nos transmitió su magnífica visión de unir a la humanidad como una gran familia global.
Un día de Año Nuevo hace muchas décadas (en 1985), recordando el monumental estado de vida de mi maestro, tracé dos caligrafías. Hoy quiero presentárselas.
En la primera se lee «Gran corazón» (en japonés, daishin), con el significado de un espíritu o estado de vida expansivo, capaz de abarcarlo todo. La segunda es «Gran cerezo» (en japonés, oo-zakura).
Este año, junto con nuestros apreciados compañeros de fe de cada lugar, vayamos al encuentro de los demás con un «gran corazón», esforzándonos aún más por envolver nuestras comunidades, las tierras donde vivimos y nuestro planeta con el ilimitado beneficio de la Ley Mística.
Y con la firme convicción de que «el invierno siempre se convierte en primavera»,[13] decidamos juntos hacer que nuestros «grandes cerezos» del kosen-rufu y de la vida florezcan magníficamente colmados de brillantes beneficios!
(Traducción del artículo publicado el 9 de enero de 2022 en el Seikyo Shimbun).
[1] ↑ Esta expresión forma parte de una de las inscripciones que se leen en el Joju Gohonzon de la Soka Gakkai, entronizado en la Sede del Gran Juramento del Kosen-rufu: «Para cumplir el gran juramento del kosen-rufu mediante la propagación benevolente de la gran Ley».
[2] ↑ El aniversario mencionado responde a la forma tradicional de contar los años en el Japón. Nichiren Daishonin proclamó públicamente su enseñanza el 28 de abril de 1253.
[3] ↑ El tercer día de Año Nuevo, en END, pág. 1058.
[4] ↑ La celebración fue el 10 de enero.
[5] ↑ «Population Facts», Naciones Unidas. Departamento de Asuntos Económicos y Sociales. Disponible en inglés en: https://www.un.org/en/development/desa/population/publications/pdf/popfacts/PopFacts_2019-6.pdf. (Fecha de acceso: 13 de enero de 2022).
[6] ↑ La apertura de los ojos, en END, pág. 303.
[7] ↑ SL, cap. 11, pág. 175.
[8] ↑ El daimoku del «Sutra del loto», en END, pág. 156.
[9] ↑ El Daishonin a menudo usa Nam-myoho-renge-kyo como sinónimo de Myoho-renge-kyo en sus escritos.
[10] ↑ La forma de lograr la Budeidad mediante el «Sutra del loto» para aquellos que aspiran al Camino por primera vez, en END, pág. 929. El pasaje completo dice: «Cuando entonamos una vez Myoho-renge-kyo, con ese solo sonido suscitamos y manifestamos la naturaleza de buda de todos los budas, de todas las entidades, de todos los bodisatvas, de todos los que escuchan la voz, de todas las deidades como Brahma, Shakra y el rey Yama; del Sol y de la Luna, y de la miríada de estrellas; de las deidades celestiales y terrenales; y así sucesivamente hasta la de aquellos que habitan en el estado de infierno o de las entidades hambrientas, los animales, los asuras, los seres humanos y celestiales, y de todos los demás seres vivos. Este beneficio es infinito e incalculable».
[11] ↑ N. de E.: En relación con la Campaña de Febrero, véase Civilización Global, n.º 202, febrero 2022, sobre todo las secciones «Este mes» y «Especial».
[12] ↑ OTT, pág. 212.
[13] ↑ El invierno siempre se convierte en primavera, en END, pág. 561.