De pie y de paz


En los encuentros juveniles de La nueva revolución humana de este mes, sigamos dialogando sobre la segunda parte del capítulo «Campanadas del amanecer» del volumen 30.

En esta segunda parte de «Campanadas del Amanecer», Shin’ichi Yamamoto visita Canadá por segunda vez, en junio de 1981, tras su primera visita en 1960. En el fragmento del capítulo que se cita a continuación, agradece y alienta a la responsable de la organización en Canadá y no escatima esfuerzos en participar en cada actividad junto con ella, con el deseo de forjarla al máximo, en pos del bienestar y la seguridad de los miembros.

En el segundo día de su visita, en una reunión general conmemorativa del 20.º aniversario del kosen-rufu de Canadá, Shin’ichi alentó con todo su corazón a los mil miembros que participaron con las siguientes palabras:

El budismo expone que todas las personas poseen por igual la naturaleza de Buda. Es la enseñanza que afirma el respeto a la dignidad de la vida, la filosofía que constituye el eje de los ideales de la paz; en ella palpita la tolerancia y el amor compasivo. […]

»No soy político, tampoco soy diplomático ni empresario. Pero como un ciudadano más y un individuo común y corriente, continúo entablando diálogos por la paz, teniendo como base filosófica el budismo.

»Y procedo de ese modo porque confío en que la forma más certera de lograr la paz yace en fortalecer los lazos de amistad más allá de las fronteras y en compartir con las personas de todas las latitudes el espíritu del budismo que enseña que todos los seres humanos son dignos del más supremo respeto.[1]

En este mes de junio, en el que cumplimos la primera etapa de nuestra campaña «Cien mil diálogos de esperanza», asumamos la postura de nuestro mentor y como «un ciudadano más» o «una ciudadana más» que arraiga su vida en la filosofía budista, abramos más los ojos y los corazones para encontrar más amigos a quienes alentar, y las palabras más sabias y cálidas con las que hacerlo.

«Con el corazón henchido de fuerza»,[2] sigamos entrenándonos a nosotros mismos para ser «buenos oyentes»[3] con la convicción de que, asumiendo la postura del bodisatva Jamás Despreciar, aunque tengamos circunstancias diferentes,[4] sin duda manifestaremos la budeidad, podremos construir relaciones sólidas capaces de traspasar los conflictos que dividen a las personas, y construir la paz.

¿Con quién puedo abrir un camino de diálogo y aún no me he animado a hacerlo?; ¿qué actitud puedo tomar en mis circunstancias concretas y específicas para crear valor y contagiar esperanza en mi realidad?; ¿cuál es el próximo paso, la siguiente acción que me puede permitir crear unión allí donde estoy?

Reflexionemos, determinemos a través de nuestra oración, profundizando en nuestro propio juramento, compartamos nuestras decisiones, alegrías y desafíos.

¡Superemos, este mes más que nunca, la barrera en nuestros corazones y no nos dejemos vencer ni por un instante![5]


[1]IKEDA, Daisaku: La nueva revolución humana, vol. 30, cap. 4, parte II, entrega 68, disponible en el sitio web global de la Soka Gakkai. Este material está en proceso de publicación en forma de libro por Ediciones Civilización Global.

[2]Véase Civilización Global, n.º 193, mayo 2021, sección «Punto de partida».

[3]IKEDA, Daisaku: «¡Avancemos alegremente hacia una primavera de diálogo!», Seikyo Shimbun, 14/03/2021.

[4]Véase END, pág. 463.

[5]Véase Civilización Global, n.º 193, mayo 2021, sección «Punto de partida».

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