Revelar lo esencial, aquí y ahora


Orientación para la SGEs


Tal como adelantamos en la entrega de agosto de esta sección, este mes se cumplen 750 años de la victoria vital de Nichiren Daishonin en la persecución de Tatsunokuchi, que tuvo lugar el 12 de septiembre de 1271, y en la que experimentó en primera persona el principio de «descartar lo transitorio y revelar lo verdadero».

Al interpretar dicho principio en el contexto del Sutra del loto, «transitorio» se refiere al Shakyamuni que habría logrado la iluminación por primera vez durante su existencia en la India, mientras que «verdadero» se refiere al Shakyamuni que logró la iluminación en el remoto pasado. «Descartar lo transitorio y revelar lo verdadero» es lo que hace Shakyamuni al superar aquella condición temporal y develar ante la asamblea su identidad esencial.

En el caso del Daishonin, «descartar lo transitorio y revelar lo verdadero» se manifiesta cuando, durante la persecución de Tatsunokuchi, deja atrás su condición provisional como «persona común en la etapa de escuchar el nombre y las palabras de la verdad»[1] y muestra su verdadera identidad como «Buda de la alegría ilimitada que ha estado iluminado desde el tiempo sin comienzo»,[2] sin dejar de ser una persona común.

Esto último es de importancia capital. No debemos inferir que un ser humano ha de dejar de serlo para convertirse en otra clase de ser trascendental, apartado como un dios de la realidad de la existencia humana. Para nosotros, no existe el buda separado del ser humano.

Al «descartar lo transitorio y revelar lo verdadero», el Daishonin abrió para todas las personas el camino al logro de la budeidad en esta existencia.

Tanto Shakyamuni como Nichiren Daishonin adoptaron por propia voluntad una condición de vida firme e indestructible que ya poseían intrínseca y potencialmente, e hicieron de ello un nuevo punto de partida como seres humanos. Y, al «descartar lo transitorio y revelar lo verdadero», el Daishonin abrió para todas las personas el camino al logro de la budeidad en esta existencia –en otras palabras, en la vida real de cada cual, asumiendo sus circunstancias actuales como plataforma para la transformación–. No hay otra vía: manifestamos la naturaleza de buda siendo seres comunes de los nueve estados.[3]

Además, la persecución de Tatsunokuchi –durante la cual autoridades corruptas del momento trataron de deshacerse de Nichiren Daishonin a través de una ejecución sumaria al amparo de la noche– hizo que se revelara con mayor claridad la profundidad del lazo de inseparabilidad de maestro y discípulo que unía al Daishonin y a Shijo Kingo. Al tener noticia de los acontecimientos, este corrió a su encuentro y permaneció a su lado en el trayecto hacia el sitio de ejecución, dispuesto a morir con él; algo que, afortunadamente, no fue necesario, puesto que el complot resultó fallido.[4]

Se cree que Shijo Kingo tomó al Daishonin como maestro durante los primeros años de la propagación de su enseñanza en Kamakura. En la actualidad, se conservan más de treinta gosho dirigidos a Shijo Kingo y a su esposa Nichigen-nyo. En una de estas cartas, el Daishonin escribió, conmovido por la devoción de Shijo Kingo: «¿En qué existencia podría olvidar su actitud?».[5]

Lo admirable de Shijo Kingo es que siempre buscó la orientación del Daishonin y la siguió inequívocamente; y que, gracias a ello, pudo triunfar magníficamente.

Lo admirable de Shijo Kingo es que siempre buscó la orientación del Daishonin y la siguió inequívocamente; y que, gracias a ello, pudo triunfar magníficamente sobre todos los obstáculos que enfrentó en la dura realidad de la sociedad. De ahí que su figura haya inspirado a tantos miembros de la Soka Gakkai, en particular del Departamento de Hombres.

El noble vínculo de maestro y discípulo, cultivado contemporáneamente, nos lleva a recordar también este mes la apasionada declaración del segundo presidente de la Soka Gakkai, Josei Toda, para la abolición de las armas nucleares. Pronunciada el 8 de septiembre de 1957, llamó a desenmascarar «las garras que se esconden en las profundidades de tales armas»,[6] y se convirtió en la base de las actividades por la paz impulsadas por la Soka Gakkai bajo el liderazgo de su discípulo Daisaku Ikeda, en relación con el desarme nuclear y con otros desafíos globales, y con protagonismo de la juventud.

La pandemia ha puesto de relieve la interconexión de la humanidad y nos ha brindado la oportunidad de reflexionar sobre numerosos aspectos de la vida, de nuestra sociedad y de nuestro comportamiento como seres humanos. Para afrontar con la máxima lucidez la actual «compleja simultaneidad de crisis perentorias, sin precedentes en la historia de la humanidad»,[7] este mes tenemos la oportunidad de profundizar en el contenido de la propuesta de paz de 2021 de Ikeda Sensei.[8]

Este mes tenemos la oportunidad de profundizar en el contenido de la propuesta de paz de 2021 de Ikeda Sensei.

Hagamos de septiembre, nosotros también, un nuevo punto de partida al «descartar lo transitorio y revelar lo verdadero» en primera persona. Sorprendámonos a nosotros mismos del fresco vigor con que protagonizamos la expansión de la filosofía de transformación interna, arraigada en el respeto por la dignidad de la vida. ¡Seamos campeonas y campeones de los diálogos de esperanza!


[1]Una persona común en la etapa de escuchar el nombre y las palabras de la verdad (en jap., myoji-bompu): Se refiere a alguien en el estadio inicial de la práctica del bodisatva de escuchar el nombre y las palabras de la verdad (en jap., myoji-soku). Este estadio también corresponde al segundo de los seis niveles de la práctica del bodhisattva en la enseñanza perfecta, referido al que ha oído hablar del budismo por primera vez y ha adoptado la fe.

[2]Buda de la alegría ilimitada que ha estado iluminado desde el tiempo sin comienzo: El buda eterno que ha tomado conciencia de la Ley más fundamental, corporifica dicha Ley y libremente emplea sus beneficios. El tiempo sin comienzo no se refiere a un momento determinado del pasado remoto, sino a la eternidad. El buda de la alegría ilimitada indica el buda que libremente emplea los beneficios de la Ley con respecto a la cual se ha iluminado.

[3]El Daishonin escribe: «La doctrina de los tres mil aspectos contenidos en cada instante vital comienza con el concepto de la posesión mutua de los diez estados»; «[El Buda] explicó que los nueve estados poseen el potencial de la budeidad, y que la budeidad conserva los nueve estados». END, págs. 235 y 564.

[4]Aprovechando acusaciones fraguadas, el 12 de septiembre de 1271, Hei no Saemon-no-jo marchó al frente de una escuadra de soldados armados hacia la morada de Nichiren Daishonin en Kamakura. Tras allanarla, lo detuvo, tratándolo como a un sedicioso. Esa noche, de improviso, el Daishonin fue llevado por un grupo de soldados armados a una playa situada en Tatsunokuchi, en las afueras de Kamakura. Por órdenes de Hei no Saemon-no-jo y de otros conspiradores, debían decapitarlo en secreto en ese lugar. Pero cuando el verdugo alzó su espada para descargar el golpe, una brillante estela de luz cruzó de pronto el cielo en dirección noreste, hacia la cercana isla de Enoshima. Los soldados sintieron que era un presagio aterrador y desistieron de darle muerte. Semanas más tarde, el Daishonin fue desterrado a la isla de Sado, donde permanecería más de dos años.

[5]El recinto del cúmulo de beneficios, en END, pág. 1115.

[6]Se puede leer más al respecto de la declaración en el sitio web global de la Soka Gakkai.

[7]IKEDA, Daisaku: La creación de valor en tiempos de crisis, Rivas-Vaciamadrid: Ediciones Civilización Global, 2021, pág. 9.

[8]Véanse, en este número, las secciones «Especial» y «De pie y de paz».

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